Resulta alentador que en la encuesta realizada por el Programa Alianzas para la Reconciliación de la Usaid y Acdi/Voca, en la que participaron 11.966 colombianos, el 96% de los encuestados en Cartagena de Indias indicó que sí confía en su vecino, lo cual es consonante con otras encuestas que confirman que la Heroica es la ciudad con el mayor fortalecimiento del tejido social entre las ciudades capitales, tal como lo reportó también la reciente medición revelada por Contrial.
Es más esperanzador si tenemos en cuenta que ciudades mejor calificadas que Cartagena en variados aspectos, registran un promedio de solo el 28% en el indicador de confianza entre sus vecinos, con lo cual la diferencia de la ciudad con el resto del país es altamente sorprendente, eso confirma las enormes posibilidades de promover y lograr un cambio sustancial en las relaciones de poder a nivel local, aprovechando esa enorme cohesión que existe en los barrios populares, donde la gente se apoya en las vicisitudes de su diario vivir.
Al contar con los mejores indicadores del país en cuanto a confianza entre los ciudadanos, las bases para impulsar creativos procesos de reconciliación, solidaridad y emprendimiento e, incluso, de atracción de nuevos inversionistas, está en un buen momento en esta capital.
Si de entre los 41 municipios en los que se hizo la encuesta, Cartagena figura como la de mayor índice de reconciliación, supone que hay un mar de posibilidades en la promoción, aprendizaje y generalización del respeto, el diálogo y la confianza.
En tal sentido, vale la pena que las autoridades locales, colegios, universidades, juntas comunales, empresas, sindicatos y demás fuerzas vivas se vinculen a la campaña “Somos parte de una generación que confía” que está promoviendo el Programa de Reconciliación, que busca, a través de jornadas de sensibilización, foros y otras actividades, lograr que los ciudadanos tengan más confianza y que tomen conciencia, demostrándola con acciones cotidianas.
La campaña también pretende sumar aliados locales para masificar el propósito de construir una Cartagena diferente, sin desigualdades, más organizada y con mayores oportunidades.
Sin embargo, también hay grises: salvo la iglesia y, en menor grado, los medios de comunicación, existe poca confianza en instituciones que están llamadas a sustentar el sistema democrático y que legitiman por naturaleza a los estados.
En tal sentido, no quedan bien calificados partidos políticos, empresarios, sindicatos, Gobierno nacional, Alcaldía, Gobernación, jueces y fiscales y las fuerzas del orden.
Cada uno de estos sectores, incluidos los medios de comunicación, tenemos el deber de autoevaluarnos para identificar qué no estamos haciendo bien, cómo podemos mejorar y si no estamos comunicando de manera adecuada lo que hacemos de positivo y en lo que contribuimos para el bienestar de la ciudad.
Todos tenemos que dar más y preocuparnos en generar mayor confianza y solidaridad. Ninguna ciudad como Cartagena, tiene ahora el ambiente más propicio para ello.