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Editorial

¡Ojo con las placas!

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En las vías de Cartagena es común encontrarse uno que otro vehículo con las placas borrosas, algunas alteradas con cinta, o en el peor de los casos, motocicletas que le pegan un papel y hasta toallas higiénicas al número de identificación de la matrícula, seguramente para intentar evadir a las autoridades luego de cometer una fechoría.

Recientemente, el DATT reportó que este año han sido inmovilizados 137 vehículos y sancionados igual número de conductores por irregularidades en las placas de sus vehículos: “uno de ellos poseía placas completamente falsas, había 53 adulteradas (alteran letras o números) y 83 tenían dificultades para lograr su plena identificación”, pues, según el organismo de tránsito, les ponen calcomanías, papelitos, banderitas, entre otras cosas, para evitar que sean identificadas. La cantidad de sancionados ya sobrepasó los 116 reportados hasta junio de 2016.

Es inconcebible que un conductor salga a las calles sin tener en cuenta este requisito. Para la mayoría de ellos, andar así se convierte en la excusa perfecta para huirle a una multa, ya sea porque tienen vencida la revisión tecnicomecánica o porque quieren conducir con el acelerador a fondo, y evitar ser captados por las cámaras de detección de velocidad, que de esa manera no podrían identificar la verdadera matrícula del vehículo.

Además de huirles a las fotomultas, estos contraventores buscan hacerle el quite al decreto de pico y placa que rige en la ciudad.

Por eso es importante que el DATT, con el apoyo de la Policía Metropolitana de Cartagena, haga constantemente estos operativos. No bajar la guardia, hacer los controles y sancionar a los infractores sirve también para acabar con la ilegalidad en el sistema de transporte en la ciudad.

Y no solo eso, sino que también es necesario para combatir la inseguridad. Una de las modalidades de los fleteros en moto para conseguir su objetivo criminal, es perseguir a su víctima desde que sale de un banco hasta que llega a la puerta de su casa. El robo ocurre en cuestión de segundos: el parrillero exige el botín y amenaza con disparar, mientras los vecinos miran asustados e impotentes.

Luego de cometido el delito, llegan al sector los uniformados de la Policía y entre las varias preguntas que hacen para tener pistas de los delincuentes nunca falta: “¿Cuál era la placa del vehículo?”.

Difícilmente la respuesta sea la esperada porque estos bandidos no solamente evitan que alguien los vea a la cara -nunca se quitan el casco-, sino que se cuidan de que la placa -si es que la llevan- sea fácil de identificar. Así, con dos sujetos que se pierden entre las calles aprovechando que hay cientos de motos más, es casi imposible que los capturen pronto.

El Código Nacional de Tránsito es claro y califica como una infracción portar una placa que dificulte identificarla, bien porque están adulteradas, retocadas o si tienen distintivos. La tarea del DATT de inmovilizar todos estos vehículos no es fácil, pero la ciudadanía también puede cumplir un papel fundamental alertando previamente a las autoridades sobre casos sospechosos, ya que nadie altera una placa con un buen propósito.

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