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Editorial

Centenario de Alfonso López Michelsen

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Alfonso Antonio Lázaro López Michelsen, nació en Bogotá y fue el segundo hijo del dos veces presidente Alfonso López Pumarejo, el gran modernizador del país en los ámbitos constitucional, tributario, judicial, agrario,  educativo, laboral y de política internacional y orientador de la “Revolución en Marcha”, que ponía en el Estado la obligación de garantizar el bienestar, la prosperidad y el crecimiento de los ciudadanos.
Tras lanzarse a la política combatiendo al Frente Nacional, a través del Movimiento Revolucionario Liberal (MRL), López Michelsen tuvo una ascendente carrera que lo llevó a la Presidencia de la República en el período 1974-1978, en el que introdujo grandes transformaciones en la vida del país: las mujeres accedieron por primera vez a la carrera militar, se aprobó el matrimonio civil y la mayoría de edad a los 18 años, se fortaleció la acción sindical y se introdujeron los primeros programas de seguridad alimentaria.
Pocos presidentes colombianos han manejado las relaciones internacionales con tanta coherencia y conocimiento, a tal punto que participó en la firma del Tratado Torrijos–Carter, que garantizaba la futura devolución del Canal de Panamá por parte de los Estados Unidos al país del istmo.
Durante su gobierno también mostró tolerancia política al legalizar a la CSTC, una central manejada por el Partido Comunista; restablecer relaciones con Cuba; y nombrar en la principal universidad pública y hervidero de la acción militante y guerrillera, la Universidad Nacional, a un rector con ideas de izquierda.
Crítico y rebelde, agrio y provocador, satírico hasta el extremo con sus adversarios, López Michelsen logró estruendosos y determinantes éxitos que asumió con la misma entereza que sus más demoledores fracasos, exhibiendo un indeclinable compromiso con sus principios y sus ideas, sin medias tintas pero sin fanatismo.
Por supuesto, muchos pensadores políticos e historiadores critican con fundamentos algunas de sus iniciativas gubernamentales, como la famosa reforma tributaria que tuvo la reacción virulenta y de rechazo tanto de los industriales más poderosos como de los partidos y movimientos de izquierda.
Alfonso López Michelsen visitó varias veces El Universal y siempre tuvo algo lúcido que decir, que levantaba agudas polémicas. La última entrevista nos la concedió pocos años antes de su muerte, y en ella alertó sobre el deterioro de la política, el contagio de la justicia de los vicios politiqueros y la descomposición de las instituciones contaminadas de la corrupción  y el crimen organizado.
¡Cuánta falta le hacen a Colombia dirigentes políticos de formación académica y práctica como Alfonso López Michelsen!

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