Durante más de medio siglo, el Foro Económico Mundial (FEM) convirtió a Davos (Suiza) en un importante foro para el diálogo global. En sus montañas nevadas y pintoresco pueblito del cantón de Grisones, se firmaron acuerdos que hicieron historia: la distensión de 1988 entre Grecia y Turquía, el debate económico tras los Acuerdos de Oslo con los líderes árabes, o los pactos de financiación de vacunación firmados por Bill Gates en la primera década del siglo XXI. Davos representaba la oportunidad para que líderes políticos, empresariales y sociales dialogaran en un único espacio con el propósito misional de mejorar el estado del mundo y fomentar la cooperación entre gobiernos, empresas y sociedad civil para afrontar los desafíos globales.
No obstante, hoy esa visión atraviesa su crisis más compleja: tras una investigación independiente que estudió más de 100.000 correos electrónicos, entrevistas y miles de documentos, y la cual fue publicada por el Financial Times, en el marco de la cual no se encontraron delitos en la gestión de su fundador y presidente ejecutivo, profesor Klaus Schwab, pero según algunos medios como el citado, se comprobaron comportamientos negativos que impactan la sostenibilidad financiera del organismo y la visión colectiva de su junta o consejo directivo, esto es, identificaron un marcado liderazgo personalista centrado en su fundador, también un manejo inadecuado de los gastos y una estructura institucional debilitada. Schwab, luego de un tiempo de reflexión y complejas reuniones con líderes internacionales influyentes, renunció a su cargo y terminó distanciado de importantes figuras empresariales, dejando a la organización dirigida por dos copresidencias interinas y con un consejo dividido.
Al mismo tiempo, el contexto global no ayuda: el multilateralismo retrocede, nuevas potencias compiten por influencia y la confianza en las élites cae a su posición más baja. Paralelamente, nuevos foros, ya sea en ciudades como Riad, Múnich o Pekín, están compitiendo por la relevancia global que Davos alguna vez tuvo. Por lo tanto, el FEM.
tiene en juego su relevancia y reinvención para levantarse en estos tiempos difíciles e inciertos para la institución.
Sin embargo, ante un posible riesgo de desaparición o mayor debilitamiento de la institución, que sería una gran pérdida para el diálogo internacional, el Foro de Davos demostró durante muchos años, más allá de los discursos, su gran capacidad para convocar líderes mundiales y generar acuerdos y consensos en tiempos de fragmentación global. Su desafío no es rendir su rol, sino reinventarlo: aumentar la transparencia, incorporar nuevas regiones a su liderazgo y crear una agenda para un diálogo constructivo que responda a los verdaderos desafíos mundiales y que sea menos complaciente y más efectiva.
En un mundo tan fragmentado, preservar y fortalecer el foro es crucial, y si renueva su visión en su próxima reunión en enero de 2026, el Foro de Davos puede convertirse en lo que siempre ha buscado: un espacio donde el acuerdo surge de las diferencias. Sus altos directivos con un enfoque diplomático se movilizan sin vacilaciones a nivel mundial para lograr convocar a grandes líderes de todas las regiones, entre estos, lograr la participación del Gobierno de Estados Unidos, y de muchos empresarios y altos ejecutivos de ese país y otras regiones, quienes en definitiva darían un nuevo impulso que es clave en estos momentos difíciles para el FEM.
En estos tiempos de crisis interna, es fundamental que el FEM adopte rápidamente un conjunto de medidas estratégicas que permitan fortalecer su presencia y relevancia a largo plazo, tales como implementar una política de transparencia y rendición de cuentas en la ejecución del gasto en tiempo real, revisar y fortalecer su marco institucional para recuperar gobernanza colectiva y legitimidad, impulsar mecanismos de participación con un espectro político y social más amplio que involucre diversos actores no tradicionales, y finalmente, se haga una profunda reflexión estratégica sobre su rol en el futuro la próxima reunión del 2026.
