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Columna

Por qué priorizar la infancia

“El Distrito tiene instrumentos para hacer de la infancia una prioridad en sus acciones, no solo para los dos próximos años...”.

RAÚL PANIAGUA BEDOYA

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Reconocemos que la infancia tiene presencia significativa en el Plan de Desarrollo 2024-2027, se conciben como una población de especial protección y se aborda desde varias líneas estratégicas y distintos programas transversales. También somos conscientes de diversas acciones y afirmaciones sobre la necesidad de atender algunos aspectos, pero ello no ha sido suficiente y creemos que falta coordinación interinstitucional, decisiones de política pública, enfoques y acciones concertadas y contundentes. Desde mayo de 2024 el programa Cartagena Cómo Vamos alertó sobre la necesidad de priorización en educación y salud, mostrando cifras que eran preocupantes y que aún hoy siguen con niveles muy bajos, en especial en la atención en educación inicial. Si partimos de todo lo que se ha demostrado a nivel mundial de la importancia de la educación antes de los 5 años, en la ciudad la matrícula en esta etapa no llega al 30% de la población infantil y en la atención a través de mecanismos como los que dispone el ICBF no se atiende al 50% de la población en esas edades, sabiendo además que quienes más requieren de la educación y de la atención son los sectores con más carencias, vulnerabilidades y menos capacidades de atender por sí mismos esas demandas.

La prioridad de la atención a la primera infancia se sustenta hoy en evidencias científicas contundentes, en resultados visibles de diversos países, en los impactos en la reducción de costos en salud, bienestar y la necesidad de fortalecer la formación de capital humano en el mediano y largo plazo. Si solo se midiera como una inversión, está demostrado que es la inversión más eficiente en su retorno, como lo demostró el Premio Nobel de Economía, James Heckman. Pero en especial por lo que se ha demostrado como la herramienta más poderosa para romper círculos de pobreza, acabar con pobrezas históricas, con cadenas de inequidad que bloquean enormes capacidades de amplios grupos de población, pero también para implementar mecanismos de equidad social, construcción de sujetos de derechos y fortalecer mecanismos de cohesión e integración social.

La administración tiene instrumentos para hacer de la infancia una prioridad en sus acciones, no solo para los dos próximos años, como para dejar unos caminos y unas políticas de incidencia real y efectiva en la reducción de las barreras y carencias, así como en la generación de posibilidades para la infancia de los sectores que más lo demandan. Tiene además en el Plan Especial de Salvaguardia (PES) de la celebración de Ángeles Somos un conjunto de medidas y acciones que sin lugar a dudas podrán facilitar la implementación de algunas de las políticas inmersas en el plan de desarrollo. Tenemos que convencernos que la mejor decisión de gasto público es la inversión en primera infancia que debe asumirse como una acción estratégica del más profundo impacto.

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