¡Cartagena celebra un triunfo sin precedentes en defensa de los animales! Esta ciudad por fin da un paso histórico hacia una movilidad más humana y sostenible. Se ha hecho realidad una transición esperada por años, protegiendo a los caballos y burros que durante décadas halaron carruajes bajo el sol ardiente. Este proyecto pionero garantiza bienestar animal y nos permite despedir el 2025 sin un solo équido más usado como tracción en Cartagena.
Durante mucho tiempo, los caballos y burros fueron parte del paisaje urbano cartagenero, muchas veces soportando condiciones duras. Hoy eso quedó atrás, ahora estos nobles animales serán retirados de las calles para tener el merecido descanso que tanto necesitan. En otras palabras, dejarán la ciudad para vivir en entornos rurales amplios y seguros, lejos del maltrato que alguna vez sufrieron. Esta iniciativa reconoce que la vida de otros seres vivos merece respeto, integrándolo por primera vez en un plan de gobierno local. Después de años de reclamos ciudadanos y videos de equinos colapsados en las calles, Cartagena apuesta por la compasión y dignidad como política pública.
Este cambio histórico no solo beneficia a los animales, también trae esperanza a las familias que dependían de ellos. Un primer grupo de 57 carromuleros entregó voluntariamente sus caballos, burros y carretas y a cambio recibieron motocarros con los que comienzan nuevos proyectos de vida. En un acto lleno de alegría, estos trabajadores cambiaron sus viejas carretas por vehículos motorizados, tras recibir capacitación para conducir de manera responsable.
Historias emocionantes emergen de esta transición, pues algunos, con el corazón nostálgico, despidieron a sus équidos, que eran casi miembros de la familia, pero a la vez celebraron la oportunidad de progresar con herramientas modernas. La Alcaldía, a través del programa “Ruedas de Cambio” y en alianza con el Departamento de Tránsito (DATT) y la Cámara de Comercio, se aseguró de que nadie quede atrás, se brinda formación integral para que los nuevos motocarros se traduzcan en negocios sostenibles y un sustento digno para estas personas.
Del mismo modo, los cocheros turísticos, quienes por años guiaron las tradicionales carrozas, ahora conducirán coches eléctricos modernos, manteniendo su empleo sin explotar a ningún animal. Estamos escribiendo una nueva página de progreso con empatía. La ciudad avanza hacia un futuro donde el desarrollo va de la mano con el respeto a la vida en todas sus formas.
Hoy Cartagena es ejemplo nacional de innovación turística y bienestar animal, pero, sobre todo, de humanidad y compasión. Este gran paso en protección para seres vivos inspira a que otras ciudades sigan el mismo camino. Bravo, Cartagena, por demostrar que el respeto por los demás seres vivos puede ser el pilar de un plan de gobierno y el corazón de una ciudad más humana.