Cartagena de Indias no solo se levanta sobre sus murallas ni sobre el esplendor de su bahía. Su verdadero fundamento está en los hombres y mujeres que, con visión, trabajo y amor por esta tierra, la han construido día a día.
Hoy quiero rendir homenaje a cinco ilustres soñadores que, a sus noventa años, son testimonio vivo de lo que significa edificar una ciudad con propósito: Humberto Rodríguez Puente, Ramón Del Castillo Restrepo, José Vicente Mogollón Vélez, Roberto Gedeón Ghisays y Luis Hoyos García. En el marco de los 110 años de la Cámara de Comercio de Cartagena, recibieron el galardón José Ignacio De Pombo, reconocimiento a su legado empresarial, urbanístico y humano.
Humberto Rodríguez Puente, exalcalde de Cartagena, pionero de la construcción y del urbanismo moderno, participó en el desarrollo de proyectos que marcaron la expansión de la ciudad, especialmente en la Zona Sur, donde impulsó el primer centro comercial de Cartagena. Su visión transformó la manera en que vivimos nuestro territorio.
Ramón Del Castillo Restrepo, exgobernador de Bolívar, hombre de empresa y de Estado, es ejemplo de ética y disciplina. Su liderazgo marcó generaciones que han heredado su pasión por el conocimiento. Como cabeza de Harina 3 Castillos, compañía con 130 años de historia, ha sido faro de crecimiento industrial en la región.
José Vicente Mogollón Vélez, exministro del Medio Ambiente, contribuyó al desarrollo de la industria camaronera e impulsó el conocimiento y manejo del Canal del Dique. Su legado no está solo en las obras materiales: también vive en los valores que sembró en quienes caminan a su lado.
Roberto Gedeón Ghisays, exalcalde de Cartagena y exgobernador de Bolívar, patriarca de una familia de empresarios visionarios, fue creador de compañías con impacto regional e internacional. Comprendió que desarrollo y sostenibilidad pueden ir de la mano, fortaleciendo identidad y patrimonio. Su trabajo deja cimientos para el equilibrio entre el progreso y la memoria histórica.
Luis Hoyos García, presidente de Fedelonjas por varios años y figura fundamental del sector de la construcción, representa el valor de la disciplina, el liderazgo y el orgullo por el trabajo bien hecho. Su ejemplo ha dignificado el oficio inmobiliario y a quienes lo ejercen con pasión.
Ellos han sido protagonistas de una Cartagena que se reinventa, que se levanta tras cada desafío, que abre paso a la modernidad sin renunciar a su alma. Pertenecen a una generación que no perseguía aplausos, sino resultados; que entendió que el progreso se mide en bienestar colectivo y oportunidades para todos.
Honrar sus nombres es, también, un llamado a las nuevas generaciones a comprender que el futuro no se improvisa: se construye con valores, esfuerzo y amor por la ciudad.
Que sus historias sigan inspirando a quienes hoy se atreven a soñar y trabajar por nuestra tierra.
Gracias, maestros del tiempo. Gracias por convertir su vida en obras que hoy nos sostienen. Gracias por la Cartagena que nos entregan.
*Presidenta Fundación Diálogo Social Cartagena.