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Columna

Turista que viene, turista que no se va

“Hoy Cartagena vive un momento inmejorable como destino turístico. Cada visitante deja una huella y, a la vez, se lleva una experiencia...”.

Liliana Rodríguez Hurtado

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En Cartagena de Indias, la hospitalidad no es una estrategia: es nuestra esencia. Por eso, en este momento histórico para la ciudad, vale recordar al gran Joe Arroyo cuando cantaba: “Turista que viene, turista que no se va”

No hablo solo de cifras, aunque ellas nos respaldan. Me refiero a la huella emocional que esta ciudad, Patrimonio de la Humanidad deja en quienes la descubren. Cada visitante se lleva algo de Cartagena y, a la vez, deja algo de sí en nuestra memoria colectiva.

En el sector de cruceros las proyecciones son contundentes: van a llegar más de 510 mil personas que, comparación con la temporada anterior, aumentarán 23,8% y será un impacto económico de más de 54 millones de dólares. No son números aislados. Son el reflejo de una visión compartida, de una apuesta por la calidad y de una sinergia público-privada que hoy rinde frutos.

¿Por qué “turista que viene, turista que no se va”? No existe una sola razón, sino una mezcla de experiencias que hacen a Cartagena un destino irrepetible.

Primero, nuestro patrimonio vivo.

Somos una ciudad que actualiza la historia en cada detalle: fachadas, plazas, baluartes y el imponente cordón amurallado que abraza el Centro Histórico. El visitante no solo observa la historia: la camina, la escucha y la siente.

Segundo, nuestra cultura y gastronomía auténtica. Cartagena es color, ritmo, tradición. Es la sonrisa de las palenqueras, la música que invita a bailar y el sabor de una gastronomía que fusiona herencias indígenas, africanas y españolas. Es la calidez de nuestra gente, que entiende que el turista es un amigo que se integra a la esencia de la ciudad.

Tercero, un destino náutico de talla mundial.

Nuestra bahía —una de las más hermosas del mundo— ha sido escenario del Festival Náutico, que dejó cifras y postales memorables. La experiencia del mar es hoy uno de los pilares más robustos de nuestra oferta turística.

Noviembre, además, es un mes especial. Celebramos nuestra Independencia y la ciudad se convierte en el epicentro de la cultura popular del Caribe. Las Fiestas de Independencia del 11 de Noviembre volvieron a ser un jalonador de visitantes del último trimestre. Eventos icónicos como el Desfile de la Independencia (el bando), los dos días del Festival Náutico en la bahía y la amplia agenda cultural en barrios y plazas impulsan de forma decisiva la economía local.

El impacto económico fue de 328 mil millones de pesos, un impulso directo a toda la cadena de valor del turismo. Este resultado no es casualidad: es fruto del liderazgo de nuestro alcalde, Dumek Turbay Paz, quien ha hecho del turismo sostenible un eje central de su administración, y del compromiso del sector hotelero, gastronómico, comercial y de agencias, que han respaldado con entusiasmo la agenda festiva.

Hoy Cartagena vive un momento inmejorable como destino turístico. Cada visitante deja una huella y, a la vez, se lleva una experiencia que lo invita a regresar y a recomendar la ciudad. Las Fiestas de Independencia del 11 de noviembre no solo fueron las mejores de nuestra historia reciente: fortalecieron la identidad cultural, dinamizaron la economía y proyectaron a Cartagena como un escenario de eventos de talla internacional.

Cartagena sigue demostrando que aquí, como decía Joe, el turista que viene, turista que no se va.

*Presidenta ejecutiva de la Corporación Turismo Cartagena de Indias.

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