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Columna

La doble deuda que Dionisio Vélez le dejó a Cartagena

“Una década después, Cartagena finalizará la mitad de esa infraestructura sanitaria por casi el doble de la inversión anunciada...”.

Tatiana Velasquez

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Cada vez que Josefina Caraballo (modista, 60 años) necesita una radiografía debe recorrer casi 14 kilómetros porque el puesto de salud a dos cuadras de su casa, en La Esperanza, nunca fue renovado como lo prometió hace más de una década el entonces alcalde Dionisio Vélez. Las máquinas de rayos X no funcionan en ese barrio suroriental por la falta de un espacio adecuado y de un transformador eléctrico con la potencia necesaria.

“Me toca madrugar, perder toda la mañana y gastar dinero en transporte, solo para que me atiendan en otro lado”, relata Josefina, con artrosis de rodilla, sobre sus viajes de más de una hora al Hospital Bicentenario, ubicado al otro extremo del suroriente de Cartagena.

Ese drama cotidiano resume la herencia que dejó Vélez, el empresario que llegó al poder anunciado una “revolución de cemento”, inspirado en el modelo de gobierno de los Char en Barranquilla, pero terminó replicando sus prácticas clientelistas sin el mismo éxito.

Como Josefina, cientos de pacientes de La Esperanza deben desplazarse a otros sectores de Cartagena para exámenes básicos, aunque la maqueta oficial proyectaba un edificio de tres pisos con servicios de radiología y atención integral. Esa obra nunca pasó del papel. Tampoco los puestos de salud de los barrios La Candelaria y Nuevo Bosque, ni los de los corregimientos La Boquilla y Tierrabomba.

Todos formaban parte del mismo paquete contratado en 2014, por $100.000 millones, con recursos de un crédito de $250.000 millones que el Concejo de Cartagena aprobó, en medio de señalamientos de dádivas que nunca se investigaron formalmente.

Esa inversión en salud, que prometía beneficiar a medio millón de cartageneros, terminó en una ejecución sin planeación mínima, manejada por aliados de la familia Char como parte de los compromisos políticos de Vélez. El entonces alcalde la adjudicó con planos prototipo, sin ingeniería de detalle ni presupuestos específicos. Varias obras no tenían licencias de construcción ni títulos de propiedad, lo que derivó en una ejecución errática.

De los 39 puestos anunciados, Vélez priorizó 25 tras admitir que la plata no alcanzaba. Sin embargo, Cartagena terminará con 20: aún están en obras los hospitales de Nelson Mandela y Canapote, que el gobierno de Dumek Turbay promete inaugurar a finales de 2025.

Para terminar esas 20 obras, tres administraciones -las de Pedrito Pereira, William Dau y Dumek Turbay- tuvieron que inyectarles $63.488 millones a los contratos iniciales de construcción e interventoría. Así, el histórico anuncio de 39 centros de salud por $100.888 millones terminará en apenas 20 por $164.377 millones.

Es decir, una década después, Cartagena finalizará la mitad de esa infraestructura sanitaria por casi el doble de la inversión anunciada.

*Lea la investigación completa sobre uno de los fiascos más costosos de la salud pública de Cartagena en La Contratopedia Caribe, gracias al apoyo de la ‘Beca Relatos de región: Periodismo local que explica Colombia’.

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