“Una mente no puede entenderse sin la cultura”: Lev Vygotsky
El psicólogo Solomón Asch fue pionero en la psicología social, famoso por sus experimentos sobre la conformidad, estos se centraron en demostrar cómo la presión del grupo puede influir en las opiniones individuales, incluso cuando estas son incorrectas; en palabras del colega, “la mayoría de actos sociales deben ser entendidos en su contexto, ya que pierden significado si son aislados”.
La psicología es una ciencia que retoma los saberes de las ciencias sociales, de la filosofía, de la biología y de la medicina, aplicándolas a un marco epistemológico, investigativo y conceptual propio; entonces, ¿dónde habita la psicología?, ¿es una ciencia social?, ¿es una ciencia de la salud?. Más allá de un tecnicismo, es un asunto básico para comprender el quehacer de nuestra profesión.
La Ley 1090 de 2006 definió la psicología como ciencia sustentada en la investigación que estudia los procesos emocionales, cognitivos y sociales, este marco normativo es la carta de navegación de todo colega, dentro de la misma se señala cuáles son las actuaciones del psicólogo (investigar, evaluar, intervenir, enseñar, asesorar, diseñar políticas, emitir peritajes, entre otras), haciendo especial énfasis en el cumplimiento de dos requisitos de obligatorio cumplimiento: el título profesional en Psicología y la tarjeta profesional.
La definición de psicología no se cierra a una ciencia de la salud, aunque el profesional que cuyo ejercicio se orienta a la atención, diagnóstico, tratamiento o rehabilitación dentro del sistema de salud se limita a un contexto de salud y le son aplicables también las directrices de la Ley 1164 de 2007, entre otras, que regulan al talento humano en salud. El rol del colega en el ámbito de la salud, si bien es fundamental e indispensable en nuestra sociedad, no es el único; la psicología es por demás una ciencia multicampos, que aplica en diversos escenarios un saber y un cuerpo teórico especializado.
La Asociación Americana de Psicología (APA) presenta más de 50 divisiones, lo que da una idea de la complejidad de nuestra profesión, de la diversidad de funciones y roles, así como los múltiples ejercicios profesional que se ejercen en la psicología. Solo por mencionar algunas, psicología clínica, educativa, militar, psicología humanista, psicología de la salud, psicología de las adicciones, psicología y derecho, psicología para las mujeres, entre tantas otras.
La confusión de roles, en cada uno de los escenarios de la psicología puede generar malas decisiones entre los usuarios de los servicios profesionales, ya lo decía, Virgina Satir “El mensaje enviado no es siempre el mensaje recibido”. Esta falta de claridad puede generar juicios de valor injustificados. Reducir la psicología al imaginario de la bata blanca y un cómodo diván, es ignorar su poder transformador en la educación, en la comunidad y en la justicia. Hoy por hoy, la psicología ha ganado espacios sustanciales como expertos en el desarrollo de leyes, como directivos, como científicos del comportamiento humano en tribunales de justicia, como consultores en políticas públicas, entre otros ámbitos de acción.
En el caso de la psicológica en el ámbito forense, el profesional no ofrece un servicio de salud en su definición más estricta, sino un rol de auxiliar de la justicia, porque facilita la toma de decisiones en virtud de conceptos emitidos con base científica dentro de su marco de actuación disciplinar. En este escenario el psicólogo evalúa, analiza, rinde informes que en virtud de la valoración del juez podría ser de auxilio en la toma de decisiones judiciales. En este escenario, el actuar del profesional en psicológica no se centra en la prestación de un servicio de atención, rehabilitación o psicoterapia, sino que centra en responder a una pregunta de interés dentro de un marco judicial especifico, actúa como un experto o perito, labor que en Colombia se encuentra reglada por la Ley 906 de 2004 y la Ley 1564 de 2012, que reconoce la labor pericial siempre que se requiera de un saber que esté por fuera del campo de conocimiento del juez, admitiéndose la práctica pericial del profesional con formación, experiencia e idoneidad comprobable.
En síntesis, el profesional en psicología le son aplicables las normas que regulan la práctica de la psicología en Colombia y su rol está limitado y caracterizado por el contexto de actuación específico donde labora. Es de especial interés para todos los profesionales de psicología el cumplimiento a las normas éticas contempladas en la ley 1090 de 2006, en acopio a los principios generales de la práctica idónea de nuestra profesional, tales como el principio de responsabilidad, competencia, confidencialidad, bienestar del usuario, las relaciones entre colegas, entre otros, que orientan nuestra profesión para garantizar el fortalecimiento de nuestra disciplina y la actuación sin daño, porque al final del día, retomando a San Ignacio de Loyola, el examen de conciencia es siempre el mejor medio para cuidar bien el alma.
*PhD

