La vivienda se convierte en un elemento clave del bienestar de las familias colombianas. Para muchos hogares, el alquiler es la opción que tienen para acceder a un techo donde vivir. Recientemente fue publicado el Documento de Trabajo sobre Economía Regional y Urbana (DTSERU No. 335), donde se analiza el comportamiento del mercado de alquiler de vivienda en 18 áreas metropolitanas del país. A continuación, reseñaré algunos de los principales mensajes del estudio.
El sector de la vivienda desempeña un papel fundamental en la economía, por su contribución al bienestar de los hogares y por su impacto macroeconómico. Por ejemplo, en 2024 el sector inmobiliario representaba el 8,8 % del PIB del país, y el valor del mercado de arrendamientos de vivienda alcanzaba los 26,4 billones de pesos. Estos datos lo convierten en un asunto de gran importancia, tanto para los hogares que viven en condición de arriendo como para los propietarios que dependen de estos ingresos.
Dentro de este sector, el mercado de arrendamiento de vivienda cobra especial relevancia, ya que una proporción significativa de hogares accede a la vivienda mediante alquiler, y los precios de arrendamiento inciden directamente en indicadores clave como la inflación y la capacidad adquisitiva.
Los hallazgos del estudio muestran un panorama diverso y en transformación en lo que respecta a los arrendamientos en Colombia. Se observa una mejora sostenida en la dotación y la calidad de las viviendas en arriendo porque cuentan con mayor acceso a servicios, mejores acabados y un aumento del tamaño promedio.
En el plano agregado, la carga del arriendo sobre el ingreso de los hogares crece hasta la pandemia, registra un salto y luego se estabiliza por encima de los niveles previos, con marcadas diferencias entre ciudades. Además, el arrendamiento ha ganado un protagonismo indiscutible en la estructura de tenencia y en la economía de los hogares: la proporción de familias que viven en arriendo ha aumentado de forma sostenida y, en las principales cabeceras urbanas, ya supera a la propiedad.
En 2008, Cartagena y Bogotá se ubicaban entre las ciudades más costosas para arrendar. Sin embargo, hacia 2024, el liderazgo cambia cuando Medellín pasa a encabezar el ranking, superando a las ciudades tradicionalmente líderes. Barranquilla y Santa Marta también ascienden, mientras varias capitales intermedias se abaratan en términos relativos.
En conjunto, los resultados evidencian que los mercados de arrendamiento urbanos en Colombia presentan dinámicas diferenciadas regionalmente y que los liderazgos en el costo del arriendo han experimentado cambios relevantes en los años recientes.
Para mayores detalles del mercado de vivienda de alquiler en Colombia, los invito a consultar el DTSERU No. 335 en el portal de investigaciones del Banco de la República: https://investiga.banrep.gov.co/es