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Columna

Un viaje por la historia

“Mucho tenemos que aprender los cartageneros de la Puglia sobre el manejo del turismo y sus monumentos...”.

GABRIEL RODRÍGUEZ OSORIO

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Viajar por la Puglia en Italia es adentrarse en la historia de la civilización, en ciudades tan viejas que algunas fueron erigidas antes de la era cristiana, como la impresionante y paleolítica ciudad de Matera en la provincia de Basilicata, vecina de Puglia. Conocer estas ciudades de piedra y mármol, cuyo común denominador es la propagación de la Iglesia católica universal, es también conocer leyendas fascinantes que hablan de gentes maravillosas y la eterna lucha del hombre contra el hombre.

Nunca el catolicismo tuvo tanta presencia en occidente como en esta región, en poblaciones pequeñas pero llenas de iglesias, en templos con gran influencia griega, romana, barroca, gótica, que padecieron el constante asedio de guerreros romanos, griegos, otomanos, napolitanos, españoles. Apetecidas dada su cercanía al mar Mediterráneo, el “Mare Nostrum”, el mar de la civilización, puerta y llave de entrada al oriente y puertos estratégicos para el comercio.

Impresiona la belleza de su tierra amarilla de cal y canto, y la enorme pradera con sembrados de olivo, el misterio de sus calles empedradas y balconadas románticas, la riqueza gastronómica y la producción del aceite de oliva, pero sobre todo la exaltación a su historia, el homenaje que se les hace a sus héroes en placas talladas en letras de mármol, colgadas en sus muros y paredes que recuerdan y eternizan las hazañas y exaltan la virtud de sus mejores hombres.

En tiempos muy recientes esta zona del sur del país fue llamada “la vergüenza de Italia” por su pobreza, esa que produjo grandes olas de emigrantes hacia las Américas. Pero en algún momento también muy reciente despertó para darle valor a su rica historia y a la belleza de sus ciudades mágicas, y al encanto inigualable de sus mares azules; el mar Adriático y el mar Jónico, llenos de historias de piratas y guerras navales.

Mucho tenemos que aprender los cartageneros de la Puglia sobre el manejo del turismo y sus monumentos, incluso de su vecina al otro lado del Adriático, Croacia, antigua Yugoslavia, muy recientemente entrada en las grandes ligas del turismo mundial.

La centralización en Bogotá del qué hacer y cómo manejar nuestro patrimonio retrasa decisiones. Los cartageneros hemos cuidado y protegido nuestro patrimonio como ninguna otra ciudad en el país. Existe en nuestra urbe la suficiente inteligencia colectiva con expertos de cómo hacerlo lo mejor posible. Por qué tenemos que pedir al Gobierno central que diga qué hacer con él, por qué tener que pedir permiso para exaltar a nuestros héroes con una simple pero significante placa tallada en letras de mármol colocadas en una pared, como si acaso eso no enalteciera a nuestros héroes, como si acaso no acrecentara el sentido de pertenencia tan necesario para reconocernos y ejemplo para futuras generaciones.

*Arquitecto.

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