Un consorcio integrado por dos empresas de Mota Engil se ganó la licitación para construir el Intercambiador Vial de Ternera, con una oferta de $80.040 millones. Esa multinacional portuguesa ya se había ganado, en abril pasado, la licitación de La Carolina, por $100.836 millones. Es decir, Mota se convirtió en la principal megacontratista de infraestructura vial en lo que va del gobierno de Dumek Turbay, pues suma más de $180.000 millones en dos contratos.
De los cuatro consorcios que enviaron ofertas para Ternera, sólo dos quedaron habilitados: Mota (Consorcio ME Ternera) e Intercambiador Ternera, del que formaron parte KMA Construcciones SAS y Autopistas del Sol SAS, representadas por Ménzel Amín Avendaño.
Mota deberá construir el intercambiador sin anticipo y en dos etapas: la primera, que tomará cuatro meses, será para el perfeccionamiento de los estudios y diseños; y la segunda, para los trabajos civiles durante 20 meses. Por tanto, esa obra deberá estar lista el último año del Gobierno Turbay, en 2027, para beneficiar a unas 500.000 personas que a diario transitan por la intersección de la Cárcel de Ternera y la Bomba Terpel.
En mayo pasado, Funcicar publicó una serie de observaciones sobre esta millonaria licitación. La veeduría alertó que la agrupación de diseño y obra en un mismo proceso “es riesgosa”, en la medida que la fase de estudios puede dar como resultado intervenciones distintas a las previstas inicialmente.
Funcicar recordó obras distritales recientes, como los centros de salud contratados con el crédito público de 2014 y las obras en el Canal Campestre y Matute, contratadas en 2021. Ambos proyectos costaron más de lo previsto en principio y tuvieron retrasadas ejecuciones.
Otra observación de Funcicar apuntó a que no quedó claro cómo la Alcaldía definió el presupuesto de construcción de Ternera para la licitación, considerando que el contratista en la etapa de diseño puede identificar que el valor establecido es insuficiente para ejecutar todo el intercambiador.
Y una tercera observación de Funcicar se enfocó en la gestión predial, a cargo del contratista; es decir, además de diseñar y ejecutar las obras, Mota deberá adquirir los predios por donde pasará el intercambiador, tarea que no forma parte de la gestión ordinaria de empresas de ese tipo, remarcó la veeduría.
Si todo sale como lo prevé la administración de Turbay, la movilidad del sur de Cartagena debe ser otra en dos años y medio, pues los intercambiadores de La Carolina y Ternera prometen reducir hasta una hora los tiempos de desplazamiento en esa zona de la ciudad.