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Columna

La reina del Carnaval 2026 que confirma una hegemonía

“Sin duda, con el reinado de Michelle, el Carnaval de 2026 no sólo será la fiesta del pueblo barranquillero, sino la vitrina más vistosa de una hegemonía política, económica y cultural”.

Tatiana Velasquez

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Que Michelle Char haya sido elegida reina del Carnaval de Barranquilla 2026 no sorprende. Como manda la tradición, la corona y el cetro casi siempre recaen en las mujeres de las familias más adineradas de la ciudad.

Sus méritos para ser soberana no están en discusión, pues tiene una larga trayectoria carnavalera; sin embargo, no es fácil separar su recorrido del peso de su apellido ni del capital simbólico -prestigio social- que representa. Por eso, su elección no es la de otra reina de élite más, sino la ratificación del poder omnipresente de su estirpe.

El 15 de agosto, el alcalde le anunció que será la soberana número 90 de la fiesta magna barranquillera. Compitió con otras cinco candidatas y según el discurso oficial, la elegida debía ser la que más convenciera con su baile y carisma a los 13 miembros de la junta directiva de Carnaval SAS, la entidad que organiza las fiestas y a puerta cerrada define el nombre de la reina.

En la práctica, quien suele tener la última palabra es el alcalde de turno, que hasta 2027 será Alejandro Char, primo de Miguelito Char, el papá de Michelle.

Como lo dijo en reciente columna el periodista Juan Alejandro Tapia, cuesta creer que la elección no haya sido un guiño complaciente de toda la junta de Carnaval hacia el alcalde, que lleva su mismo apellido, o un pedido directo del mandatario para favorecer a su prima.

Quizá para brindarles más garantías a las otras cinco candidatas, el alcalde debió declararse impedido. Al fin y al cabo tenía a una familiar suya compitiendo y que un Char elija y otra Char reciba la corona se parece mucho al nepotismo.

Más que alimentar una dinastía carnavalera, como la de los Vengoechea, Gerlein o Abuchaibe, la elección de Michelle representa algo mayor: la ratificación de una hegemonía. Además de controlar la Alcaldía desde hace casi dos décadas, los Char han extendido su influencia a varios ámbitos.

En la política y las instituciones públicas dominan el Concejo Distrital, tienen curules en la Asamblea del Atlántico y en el Congreso de la República; manejan la Universidad del Atlántico y, además del rol de Alejandro Char como presidente de la junta de Carnaval, inciden en la organización de las fiestas a través de la gerencia de Juan José Jaramillo, esposo de Maricel Char, otra prima del alcalde.

En el terreno económico, son propietarios de una de las cadenas de supermercados y droguerías más grandes del país, y del Banco Serfinanza.

Y en los sectores mediático y cultural, son los dueños de Atlético Junior, el equipo de fútbol y parte fundamental de la identidad local, y de Organización Radial Olímpica, que tiene las estaciones musicales y el noticiero local de mayor sintonía. Además, moldean la agenda noticiosa local y nacional con millonarias inversiones en pauta publicitaria.

Sin duda, con el reinado de Michelle, el Carnaval de 2026 no sólo será la fiesta del pueblo barranquillero, sino la vitrina más vistosa de una hegemonía política, económica y cultural.

*Cofundadora de La Contratopedia Caribe.

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