Una noticia negativa suele empañar un cúmulo de buenos acontecimientos, ocurridos de manera simultánea. Las malas noticias despiertan emociones intensas y en tiempos de comunicaciones inmediatas como los actuales, se riegan por las redes a velocidad pasmosa. Los destinos turísticos son especialmente sensibles a estos acontecimientos. Un gran encuentro de celebridades empresariales, por ejemplo, puede ser avasallado en las redes o los medios tradicionales, ante un acto irresponsable de operadores turísticos.
Acaba de suceder en Cartagena: la ciudad se preparó a conciencia para recibir a miles de visitantes nacionales y extranjeros durante el pasado fin de semana con lunes festivo. Ofreció todos sus atractivos e instalaciones para que la disfrutaran desde las buenas experiencias. Se realizó el Reto Movistar Cartagena 2025 con ciclistas de diversas partes del mundo, y en el Centro de Convenciones Cartagena de Indias se congregaron centenares de asistentes al 10º Congreso Empresarial de la Andi desde días anteriores. Todo salió muy bien. La imagen de la ciudad tuvo presencia en los informativos locales, regionales, nacionales y algunos internacionales -por supuesto también en las redes-, por lo logrado en esas jornadas; pero cuando todo era satisfacción y euforia, saltó la liebre y opacó lo positivamente alcanzado.
En efecto, dos turistas mexicanos denunciaron que fueron retenidos contra su voluntad en mitad del trayecto marino entre la Isla de Tierrabomba y Cartagena, por dos lancheros que exigieron el pago de una suma millonaria por el servicio prestado. La acción fue profusamente divulgada en las redes y denunciada ante las autoridades, quienes actuaron de inmediato capturando a los responsables y poniéndolos a disposición de la Fiscalía, para el esclarecimiento de los hechos.
Tanto el alcalde Dumek Turbay como la secretaria de Turismo, Teremar Londoño, expresaron su indignación ante lo ocurrido y aseguraron que no se permitirán actos de esta naturaleza, ni otros que puedan atentar contra los visitantes y la buena imagen de la ciudad.
Precisamente la Secretaría de Turismo fue creada para ejercer la autoridad que nunca se tuvo en el sector turístico de Cartagena, que siempre anduvo al garete por la ausencia de un organismo tan necesario como esta dependencia institucional del Distrito. La firmeza de Turbay y Londoño ante tan lamentable episodio es clara muestra de que el tiempo del abuso, las malas prácticas, la irresponsabilidad y la permisividad en el sector, llegó a su fin. Así debe ser. Solo con seriedad y acatamiento a las normas establecidas, es posible avanzar. El jueguito de los delincuentes en un sector tan importante como el turístico, debe ser cosa del pasado. Cartagena exige respeto.