China, el país que emite la mayor cantidad de Gases de Efecto Invernadero (GEI), es también el país que está haciendo los mayores avances en la transición energética. Colombia, por el contrario, se está quedando atrás a pesar de contribuir poco al calentamiento global.
China es el responsable de la emisión del 35% de los GEI, muy lejos de Estados Unidos y la India, que emiten el 12,4% y 7,83% respectivamente. En esos tres países la mayor fuente de emisión es el uso de combustibles fósiles para generar electricidad. Colombia ocupa el puesto 41 entre los emisores de GEI, y solo contribuye con el 0,27% de estos gases, pero acá la mayor fuente de contaminación no son los hidrocarburos, sino la agricultura, la ganadería y la deforestación.
La transición energética consiste en reemplazar los hidrocarburos por otras fuentes no convencionales de energía renovables (FNCER), como la solar o la eólica. En este campo es donde China está haciendo avances impresionantes.
El año pasado, según el reporte de la organización internacional REN21, se instalaron en el mundo plantas de energía renovables con capacidad de 741 GW, de los cuales el 64%, es decir 445 GW, se instalaron en China. Para comprender las dimensiones de estas nuevas plantas basta decir que ellas son 22 veces el total de la capacidad instalada en Colombia.
Por supuesto inversiones de este tamaño requieren mucho dinero. El mismo reporte de REN 21 estima que la inversión en FNCER el año pasado fue de USD 728.000 millones (más de 2 veces el PIB de Colombia). China fue el mayor inversionista con USD 290.000 millones. Como resultado hoy China genera el 41% de su electricidad con FNCER, y si se cuenta la hidroeléctrica, las energía renovables representan el 55% del total de la energía instalada.
Aunque el aporte de Colombia a la transición energética es insignificante en el contexto mundial de energía, pues el año pasado solo se instalaron 0,7 GW, es decir el 0,1% de lo que se hizo en el mundo entero, la realidad es que el país podría hacer mucho más. Es cierto que tenemos la gran ventaja de contar con una matriz energética muy limpia, pues cerca del 62% es de hidroeléctricas, pero podría ser mejor, pues las FNCER solo aportan 1,8 GW, el 8,5% de los 21,3 GW instalados.
Lo triste es que existen por lo menos 8 proyectos eólicos y 10 solares que están suspendidos o en riesgo de cancelarse, por carencia de conexión con la red eléctrica nacional, demoras de las licencias ambientales y sociales. Solo en la Guajira se han tenido que realizar más de 280 consultas previas. Estos proyectos tendrían capacidad instalada de unos 4GW, es decir, más que duplicarían la actual, y elevarían al 24% la participación de las FNCER en la matriz eléctrica nacional.
Mientras no se modifiquen las normas de las licencias sociales y ambientales, Colombia no podrá avanzar en la transición energética.