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Columna

Anocracia

“En la semiología política, muchos llegamos a pensar que en estos 3 años hubo intentos de acabar con el Congreso, las Cortes y se han diezmado las Fuerzas Armadas. Asusta perder los derechos adquiridos y las libertades”.

Orlando Bustillo Pareja

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Con el Índice Polity, de Ted Robert Gurr, las democracias se clasifican de menos 10 a más 10, las que están cerca del 10 es donde vemos mejor y más democracia, Gurr definió la anocracia. No confundir el título de la columna con la proctología. Personalmente, como clínico, los signos y síntomas políticos que veo en Colombia, me asaltan muchas dudas y podemos estar en una transición peligrosa; por ejemplo, uno de los mejores factores de predicción para determinar si un país experimentará una guerra civil es si avanza hacia la democracia o se aleja de ella.

Estudiando el libro: ‘Como empieza una guerra civil y como prevenirla’, de Barbara F. Walter, “Los expertos denominan a los países que se hallan en esta zona intermedia (-1 a +1), ‘anocracias’, pues no se trata ni de autocracias ni de democracias plenas, sino de algo a medio camino entre ambos sistemas”. En la anocracia, los ciudadanos se sienten viviendo en democracia solo por el hecho de ejercer el voto, pero la sensación de estar gobernados por un autócrata o una persona que rompe la institucionalidad, nos deja en el peor de los mundos, esa anocracia es de los riesgos hacia las guerras civiles.

A partir de 1900, en el mundo eran pocas las democracias, solo después de 1948 (ONU) es que hay una ola importante de países que se acogen a la democracia, respetando la justicia, la libertad y el bien ajeno; con posibilidad de desarrollar un proyecto de vida y por ende de país. Paradójicamente en muchísimos países en los 5 continentes, después de la Segunda Guerra Mundial, no se dieron las democracias puras tendencia 10, sino guerras y conflictos internos y lucha por el poder. En la semiología política, muchos llegamos a pensar que en estos 3 años hubo intentos de acabar con el Congreso, las Cortes y se han diezmado las Fuerzas Armadas. A ojo de buen cubero asusta perder los derechos adquiridos y las libertades.

Enfrascados en quién debe seguir haciendo los pasaportes o si retrocedemos realizando dicho documento universal, improvisando su manufactura, con toda la tecnología que exige el mundo del siglo XXI, cada vez menos seguro en la migración, fenómeno que hace parte de la historia de la humanidad. No es detalle de poca monta, es algo serio y responsable.

Lo que se luchó por tener un pasaporte digno, se está viniendo al suelo y es otro de los signos de indefensión sumado al crecimiento exponencial de la coca y los conflictos periféricos hacía el centro del país. El escritor indio Fareed Zacaria diría, según su criterio, que estamos en un sistema democrático iliberal. Hay pocas garantías de movilidad y de ejercicio político, económico y social.

Un trabajo de inestabilidad política junto a la CIA, en 1992, detectó varios rasgos hacia las posibles guerras, detectaron 38 variables; y para sorpresa de todos los implicados, descubrieron que el mejor predictor de inestabilidad no era, como habían vaticinado, la desigualdad de rentas ni la pobreza, sino la puntuación del régimen político de un país en el índice Polity, con la zona de la anocracia situada en la franja de máximo peligro. ¿Estamos a punto de una anocracia? Ojo con el 2026.

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