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Columna

“Quedó claro…”

“Quedó claro que el juicio contra Uribe fue político y pasará a la historia, no solo por la condición del inculpado, sino por las contradicciones y mentiras…”.

Jose Félix Lafaurie

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Estas fueron las palabras más usadas en el alegato final del expresidente Uribe en el juicio en su contra, en el cual desmenuzó mentiras, inconsistencias, contradicciones y yerros, para dejar al desnudo la verdad y en claro su inocencia.

“Ni mentir, ni callar”, repitió refiriéndose a la instrucción que dio para las gestiones, en su nombre, sí, pero no para sobornar testigos, sino para “verificar” testimonios que el senador Cepeda, camuflado de defensor de derechos humanos, recogió en cárceles para inculparlo de auspiciar el paramilitarismo.

Quedó en clara su inocencia y en entredicho la de Cepeda, pero la fiscal insistió en la solicitud de condena, en contra de la de absolución de la Procuraduría y precedida por las de preclusión de los fiscales Cárdenas en 2022 y Jaimes en 2021. Konrad Adenauer, primer canciller alemán de la posguerra, afirmó que “En política -y en la justicia, en este caso-, lo importante no es tener razón, sino que te la den”.

Quisiera sumarme a quienes creen ciegamente en nuestra justicia, pero es difícil con criminales confesos de miles de secuestros, asesinatos, reclutamiento y violación de menores esperando en el Congreso una condena de mentirillas.

¿Cómo creer si, mientras la impunidad ronda el 90% y hasta se paga por no matar, la razón se niega contra toda evidencia? “Donde hay poca justicia es un peligro tener razón”, decía Francisco de Quevedo, y yo añado: donde hay poca justicia y la poca que hay se politiza para atacar adversarios en estrados judiciales, el Estado de Derecho y la democracia tambalean.

Quedó claro que el juicio contra Uribe fue político y pasará a la historia, no solo por la condición del inculpado, sino por las contradicciones y mentiras, pruebas perdidas y manipuladas y testigos ausentes; por el sitio preferencial de una presunta víctima compartiendo mesa con la fiscal, por sus “señas” a los declarantes y papelito que se dejan caer…

Quedó claro que, al margen del fallo, las fuerzas civilistas -academia, gremios, partidos, medios- debemos unirnos en un Acuerdo Nacional de la sociedad civil para salvar la democracia a partir de la restauración de la justicia.

Quedó claro para el senador estadounidense Bernie Moreno que “Colombia necesita detener el uso de su sistema judicial como arma contra el expresidente Álvaro Uribe”.

La juez del caso -es de esperarse- fallará en derecho y tendrá en sus manos la oportunidad de reivindicar la autonomía y credibilidad de la justicia que el país reclama.

La justicia es la médula espinal de la democracia liberal y un daño irreparable en la primera puede paralizar y matar a la segunda. La justicia… es la última trinchera del hombre libre ante el asedio a la democracia.

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