Boris García es un artista, un promotor musical y un talentoso hijo de Cartagena de Indias. Hacía falta un espectáculo como “Sabrosura”, que es la casa musical de Cenelia Alcázar y de muchos otros genios de la música.

La Muerte Inevitable de un Ecosistema
ANIANO MORALES BLANCOMe gusta el trabajo en la infraestructura del amor y de los sueños, por ello soy feliz participando desde un rincón del espectáculo, allí me regocijo de alegría al ver juntos a quien canta y a quien apoya.
La historia ratificará que Cenelia es hoy y será mañana un tesoro de nuestro patrimonio cultural. En 90 años recientemente cumplidos, se ha elevado a esa categoría superior. Yo la imaginé cantando en la iglesia del barrio, con su hermana y otras niñas entre los coros y el piano. Con las monjas del colegio de los padres franciscanos, conoció los arpegios y moduló su bello canto. Más tarde, en la escuela musical dirigida por Adolfo Mejía y María Cristina León, tuvo clases de canto y solfeo con María Pardo Corredor. En la iglesia de San Pedro, Daniel Lemaitre le dijo: “Deja el miedo, que con esa bonita voz ya te ganaste el cielo”.
Su padre, como sucede cuando una hija sabe cantar, tenía temor por el mundo de incierta felicidad. Por eso cuando le dijo que iba a un concurso de canto, le respondió: ¿Para qué?, si tú no sabes cantar. Se presentó en la Hora Phillips y con “Vereda tropical” se ganó el primer puesto en la ciudad capital. Regresó a ese concurso y en la segunda ocasión volvió Cenelia a ganar, esta vez con: “Tú me acostumbraste”, famosa historia de amor. Cuando se inició la Taberna Quemada con el grupo de Sofronín Martínez, la voz de Cenelia cautivó a Alberto Méndez y allí cantó por 28 años.
El público pedía canciones; Cenelia complacía, hasta el maestro Obregón le rogó que cantara de Schubert, solo el Ave María. La audiencia de la Quemada le gustó tanto la voz que el maestro la pintó esa misma madrugada.
Óscar Díaz, músico excelso, un beso de caballero le estampó frente al mar. Por ser Óscar muy galante, educado y ejemplar, ese beso tierno en el mar los unió para siempre. Qué bueno ver que el amor tocando la batería le hacía honor al bolero.
Boris García hizo gala de espléndidas deferencias, y fue especial con Cenelia
¡Qué maneras y que trato! Cada músico nombrado fue un gesto de su grandeza. Quique Muñoz y Alfonso Múnera deleitaron con apuntes. También el Dr. Girado, que es un galeno del piano. Qué bueno, qué hermosa noche los asistentes pasamos con la dama del bolero y las notas de sus cantos.