Vivimos tiempos interesantes. Según dicen, para los chinos es la peor maldición que te pueden echar, vivir tiempos interesantes. Citemos tres países, el de ustedes, el mío y la gran potencia: Colombia, España y EE.UU. ¿Qué tienen en la actualidad en común los tres? Yo se lo diré: tienen en común tener presidentes autoritarios, tipos que, si pudieran y les dejaran, serían tiranos con la mayor de las alegrías. Por supuesto, no tiranos como los de antes, de esos que disparaban al prójimo, se colgaban medallas en el pecho y les daba igual lo que la gente dijese o dejase de decir. Pero sí tiranos como los de ahora, esto es, que dicen hacerlo todo en nombre del pueblo, que son elegidos en las elecciones y, que les da tanta rabia que les lleven la contraria, que tienen por costumbre tratar con todas sus fuerzas de desmontar todos los límites al poder que implica la democracia.
Repitámoslo todos juntos: la democracia implica límites y controles al poder. No, la democracia no es solamente votar y que se haga lo que quiera el pueblo personificado en su elegido. La democracia es que el que manda sea elegido por el pueblo y, además, que no pueda hacer lo que quiera por mucho que lo haya elegido el pueblo. No es tan difícil de entender, creo yo. Aunque a tantos líderes del presente parezca costarle horrores. Como les decía, los presidentes de los tres países citados son autoritarios. No son dictadores, porque sus países no son dictaduras. No son tiranos, porque sus países no viven bajo su voluntad única. Pero sí que consideran que debe hacerse su voluntad y que no debe haber más autoridad que la suya, una vez son elegidos por el pueblo. Luego son autoritarios. Y, si pudieran, serían tiránicos.
Lo curioso es que, como podrán observar en los tres ejemplos, la ideología que se afirma tener por los citados líderes es muy diferente. Uno dice ser de izquierdas, otro dice ser de centroizquierda y el otro dice ser de derechas; pero, sinceramente, ¿qué más da en nombre de qué ideología te fastidien la vida? A mí me da igual que me mate un fascista o un socialista. Lo que me importa es que me maten. En nombre de qué lo hagan me resulta bastante secundario, la verdad. Entonces, ¿tiene hoy en día importancia la ideología a la que digan pertenecer estos líderes autoritarios? En absoluto.
La única verdadera diferencia ideológica es entre libertad y tiranía. Dentro de la tiranía, todos los tiranos son en el fondo iguales. Échenles un ojo y se darán cuenta.