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Columna

Estudiante universitario ¿habitante o ciudadano?

“En realidad, en Colombia existen muchas leyes y la Constitución Nacional de 1991...”.

Lucía Álvarez Álvarez

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El Artículo 5 de la Ley 115 de 1994 define los propósitos de la educación, incluyendo formación facilitadora para participar en decisiones que afectan la vida económica, política, administrativa y cultural del país; así mismo, desarrollar capacidad crítica, reflexiva y analítica para apoyar el avance científico y tecnológico, priorizando el mejoramiento cultural y calidad de vida de la población, buscando solución a problemas y progreso social y económico.

El Artículo 128 de la Ley 30 de 1992 define, para instituciones de Educación Superior, públicas, privadas y de economía solidaria, la obligatoriedad de estudiar la Constitución Política y la instrucción cívica, en un curso y mínimo un semestre, promoviendo prácticas democráticas para el aprendizaje de principios y valores de la participación ciudadana.

En realidad, en Colombia existen muchas leyes y la Constitución Nacional de 1991, entonces solo hace falta cumplirlas para pasar de la teoría a la práctica. La instrucción cívica en la universidad podría resultar en maravillosos espacios y ejercicios de participación ciudadana, porque a la U llegaron ciudadanos y no habitantes. Cumpliendo el Artículo 67 de la Constitución, la familia cumple su papel como escuela de formación, llegarían a la U buenos ciudadanos. Esos buenos ciudadanos, sin saberes en áreas específicas del conocimiento, tendrán claro las dimensiones del ser humano como ciudadano: familia, salud, ambiente, movilidad, democracia, tributos. Tendrán plena conciencia de que, al pasar de la casa a la escuela, llegaron siendo buenos ‘ciudadanitos’ y a la U llegaron buscando un área específica del saber, pero sabiendo que transformando sus vidas pueden ser capaces de actuar para transformar la sociedad, y que sin deber no hay derecho, que el sentido de pertenencia es un círculo virtuoso, necesidad de voluntad para cambiar situaciones, buscar causas y no causantes.

Enfrentar con carácter crítico, discrepancia entre teoría y práctica, prevalencia del bienestar individual sobre el colectivo, evasión de responsabilidades, excusa en vez del argumento, lucha entre conocimiento y sentimiento, incoherencia entre pensar, decir y hacer; ausencia de la ética.

Leyendo diversos autores, expresan la diferencia entre habitante y ciudadano, desde las aulas de la U podemos decir, el habitante se cuenta y el ciudadano, sí cuenta. La estadística nacional cuenta habitantes no ciudadanos. En el aula de clases hay estudiantes habitantes de aula, se cuentan llamando a lista, mientras los estudiantes ciudadanos se cuentan solos, participando, preguntando, comentando lo leído, expresando su desacuerdo, proponiendo y haciendo. Invito a estudiantes universitarios a responder..., ¿soy habitante o soy ciudadano?

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