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Columna

El viejo Quincy

“Es cuando llegan a la ciudad películas protagonizadas por actrices negras y actores negros, inédito en la historia de Hollywood, lo que dio lugar al...”.

Redacción Económica

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La abuela paterna de Quincy Delight Jones Jr. era una antigua esclava de Louisville (Kentucky) y su abuelo paterno, Caesar Jones, era de ascendencia galesa. Sarah Frances y el beisbolista Quincy D. Jones parieron a uno de los genios artísticos y musicales más contundentes del siglo XX. Trompetista, compositor, director de orquesta, arreglista y productor nacido en Chicago en 1933, el viejo Quincy es muy conocido por sus grandes éxitos discográficos, en especial, aquellos que produjo con Michael Jackson; sin embargo, hay que destacar su creación de bandas sonoras para cine.

El 29 de septiembre de 1971 se proyecta la película ‘La noche sin fin’ (1970) en el Teatro Colón del barrio Getsemaní. Protagonizada por el actor bahameño Sidney Portier, la banda sonora fue arreglada por Quincy Jones. Es cuando llegan a la ciudad películas protagonizadas por actrices negras y actores negros, un hecho inédito en la historia de Hollywood, lo que dio lugar al subgénero de acción conocido como Blaxploitation.

Eran películas de serie B de acción, policiales, urbanas, eróticas y violentas en un contexto sociocultural afroamericano. Temas preferidos por el público local junto con el cine mexicano de luchadores, y también, con las primeras películas de artes marciales provenientes de Hong Kong. En Cartagena, entre las películas protagonizadas por afroamericanos, se programaron títulos como: ‘El vengador de Bombay’ (1968, Steve Sekely), con Jim Brown en el papel principal; ‘La gran esperanza blanca’ (1970, Martin Ritt), con James Earl Jones; y ‘Un fenómeno llamado Cassius Clay’ (1970, Jim Jacobs).

La industria discográfica desde siempre ha sido relevante en el moldeamiento del gusto y los estilos de vida en todo el mundo, y Cartagena no es la excepción. De ello hay pistas en la llegada del rocanrol, en especial, cuando presentan la película ‘Al compás del reloj’ (1956) en el Teatro Cartagena a fines de marzo de 1957. Para esos meses los regaños por la prensa eran frecuentes, pues, por cuenta de estas nuevas manifestaciones, los jóvenes eran sujetos de desconfianza; sin embargo, las películas sobre los ‘rebeldes sin causa’ se tomaron gran parte de la cartelera cinematográfica, sus discos y bandas sonoras se agotaban en las tiendas y sus canciones se solicitaban sin descanso por la radio. Mientras tanto, Quincy arreglaba música para grandes películas y directores: ‘El prestamista’ (1964, Sidney Lumet), ‘A sangre fría’ (1967, Richard Brooks), ‘La huida’ (1972, Sam Peckinpah) y ‘El color púrpura’ (1985, Steven Spilberg).

Así, hasta cuando Michael Jackson se independizó de sus hermanos y Quincy lo hizo inmortal. Se da cuenta de ello en la programación musical de la Voz de las Antillas, la Voz de la Victoria, y también, en más de un picó barrial de Cartagena. En su casa de Bel-Air (California) fallece Quincy Jones el 3 de noviembre de 2024.

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