En Colombia, las mujeres afrodescendientes enfrentan tasas alarmantes de pobreza, desempleo, violencia de género, acceso limitado a servicios de salud, poca participación política y desigualdad en el acceso a la tierra. La declaración del Segundo Decenio Internacional de los Afrodescendientes (de 2025 a 2034), por parte de la Asamblea de las Naciones Unidas, representa una oportunidad crucial para revisar los avances y desafíos en la lucha por la igualdad y la justicia para mujeres y niñas afrodescendientes, quienes viven discriminaciones particulares asociadas al entrecruzamiento entre opresiones de raza y género.

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TATIANA VELÁSQUEZEste Segundo Decenio da continuidad a las acciones del primero (de 2015 a 2024) que, bajo el lema “Reconocimiento, Justicia y Desarrollo”, instó a los Estados a fortalecer acciones que garanticen los derechos de las personas afrodescendientes con una perspectiva de género. Uno de los principales retos del Estado colombiano frente al Primer Decenio fue la ausencia de datos desagregados con enfoque étnico-racial y de género, necesarios para caracterizar la situación de las mujeres afrodescendientes en Colombia. Durante el periodo de vigencia del Primer Decenio, se lograron avances importantes en esta materia.
De acuerdo con el DANE, en 2020, sólo el 41,5% de la población afro empleada correspondió a mujeres, en su mayoría en trabajos informales. En 2023, casi la mitad de las mujeres afro vivía en situación de pobreza (44,8%), y esta situación fue más grave para quienes eran cabeza de hogar (50,9%). También tuvieron más dificultades para acceder a un empleo. En 2024, el 43,9% de mujeres afro tenía un empleo remunerado, frente al 70,8% de hombres afro.
En 2020, el UNFPA estimó que casi el 79% de las mujeres afro reportó haber sido víctima de violencia física en algún momento de su vida. En el 69,2% de los casos la agresión ocurrió en el hogar y en el 57,7% su pareja fue el agresor. Según datos del Observatorio de Feminicidios, de 2020 a 2024, entre el 7 y el 11% de los feminicidios registrados en Colombia fueron de mujeres afro.
Las cifras demuestran que la situación de las mujeres y niñas afrodescendientes en Colombia es crítica. El Primer Decenio permitió visibilizar y caracterizar esta realidad como el resultado de la doble marginación que históricamente han vivido: por ser mujeres y por ser afro. El Segundo Decenio debe profundizar este trabajo, documentando experiencias específicas de las mujeres afro y ampliando el enfoque hacia otras identidades, como las afro-LGBTIQ+. También es fundamental fortalecer liderazgos de mujeres afrodescendientes e incluir sus voces en la toma de decisiones. Esperamos que el Segundo Decenio abra posibilidades para que mujeres y niñas afro encuentren en Colombia un mejor lugar para vivir dignamente.