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Columna

Crecimiento con contrastes en la economía del Caribe

“La actividad minera, particularmente la extracción de carbón y de gas, sigue enfrentando dificultades...”.

Antonio Orozco Gallo

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La economía del Caribe presentó un buen desempeño en este inicio de 2025, aunque no exenta de retos en algunos sectores productivos. Los datos más recientes del Boletín Económico Regional (BER) del Banco de la República muestran algunos contrastes para el primer trimestre. Por un lado, el comercio, el turismo, el transporte aéreo y los servicios financieros registraron avances, impulsados por condiciones favorables de mercado; pero por el otro, la construcción, la minería, la industria y el sector agropecuario atraviesan dificultades debido a factores internos y externos.

El mayor consumo regional, la disminución gradual en las tasas de interés, la tendencia decreciente en la inflación y la realización de eventos masivos de entretenimiento estimularon el desempeño económico del Caribe colombiano. En el comercio aumentaron las ventas de artículos culturales y de entretenimiento, así como de vehículos y motocicletas nuevas, beneficiadas por un ambiente de mayor confianza comercial.

En el turismo, mejoró la ocupación hotelera por vacaciones y ocio, acompañada por un incremento en el transporte aéreo de pasajeros, con mayor dinamismo en el segmento internacional. Este comportamiento estuvo respaldado por un sistema financiero dispuesto a otorgar más créditos, especialmente a las empresas, en un ambiente optimista que promovió el empleo formal.

Sin embargo, no todo es positivo. La actividad minera, particularmente la extracción de carbón y de gas, sigue enfrentando dificultades. La primera, derivada de la caída de los precios internacionales y la segunda, por el agotamiento natural de las reservas. Asimismo, la construcción permanece estancada debido a una menor ejecución de obras, traducida en un descenso en los proyectos nuevos y en desarrollo, así como en los despachos de cemento.

La actividad agropecuaria y la industrial enfrentaron dificultades que limitaron su producción. La primera experimentó retrocesos en cultivos como el plátano, la ahuyama y las frutas tropicales por la temporada seca en enero y febrero y la finalización de algunas cosechas. En cambio, desde el lado pecuario, la provisión de ganado vacuno y porcino para sacrificio creció por una mayor demanda.

La industria, por su parte, se caracterizó por menor disponibilidad de materias primas, alta rotación de inventarios y menor dinamismo de la actividad constructora, a pesar del incremento en la producción de textiles, alimentos y bebidas, y productos metálicos.

Si bien se evidencian condiciones favorables para el consumo, se deben gestionar estratégicamente los contrastes sectoriales actuales, con el fin de asegurar un crecimiento económico integral y sostenido para la economía del Caribe.

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