Señores de Real Cartagena, acabo de cumplir 12 años, la misma cantidad de años que lleva el equipo jugando de manera consecutiva en la ‘B’. Sí, desde aquel 2012 que descendió Real Cartagena, somos miles de niños y niñas cartageneros que no hemos podido ver al equipo de nuestra ciudad jugar en la ‘A’. ¿No es triste esto?
Y sí, algunos prefieren seguir y hacerle fuerza a equipos de afuera (equipos a los que nunca han podido visitar) sin embargo, muchos de nosotros, de aquí, sentimos que Cartagena merece tener grandes alegrías en el fútbol.
Desde que mis padres me llevaron a los 5 años a ver el primer partido de Real Cartagena en el estadio, me enamoré del auriverde, el conjunto que lleva los colores de mi bandera y que no me da pena llamarlo ‘Heroico’, aunque aún no haya disfrutado de una final como sí lo hicieron mis papás.
Han sido años de mucha ilusión, he gritado goles con el alma, pero al final, el objetivo no se ha alcanzado. De verdad, no se entiende cómo con tremenda hinchada, con fuegos artificiales, con estadio remodelado, con apoyo de la Alcaldía y de la Gobernación, sigamos en estas instancias. Ya está bueno. La misma historia no se puede repetir: se van jugadores, se anuncian refuerzos con bombos y platillos, luego sale un técnico, llega otro y el anhelado ascenso se esfuma. No más. Por televisión veo cómo los otros estadios de la ‘B’ parecen un cementerio donde no van hinchas, equipos algunos sin jugadores de renombre que llegan a finales, y nosotros con prácticamente todo lo que tiene un equipo de ‘A’ (y me atrevería a decir que más), seguimos en las mismas.
Algunos me molestan y dicen que soy masoquista, que prefiero ir al estadio a ver los partidos, a veces bajo lluvia, que ir a disfrutar otros momentos familiares o con amigos. Me dicen que me gusta sufrir, pero yo prefiero seguir creyendo. Señores de Real Cartagena, directivos, jugadores, cuerpo técnico..., en el primer semestre de este 2025 no se alcanzó a llegar a la final, pero ustedes más que nadie saben que el ascenso se logra en diciembre, así que ya está bueno, no más excusas.
Quiero, en el 2026, disfrutar en el Estadio Jaime Morón de una fiesta en paz con esos amigos que prefieren apoyar a Nacional, Junior o América. De mi parte, todo mi apoyo seguirá a esos jugadores que sudan la camiseta, se entregan cada partido y tienen claro que no hay otro objetivo que el ascenso. Arranquemos este segundo semestre con una esperanza real, corrigiendo inmediatamente los errores cometidos. Que si se fueron jugadores claves, haya reemplazos de la misma o mejor calidad. Que el DT Cardetti, quien sabe lo que es ascender un equipo, logre armar rápidamente un Real Cartagena serio en defensa y contundente en ataque. Con respeto, estos deseos son el de una hincha fiel.