comscore
Columna

“Cesó la horrible noche”

“Cuando el Estado de Derecho empieza a pelearse consigo mismo, de una forma caníbal, la incertidumbre es una constante...”.

César Angulo Arrieta

Compartir

En estos tiempos, el temor que se respira en nuestras calles y mentes no es para menos. Cuando el Estado de Derecho empieza a pelearse consigo mismo, de una forma caníbal, como sucede ahora, la incertidumbre es una constante que viaja en las vidas de todos. Recuerdo que, a principios de los años 70, los mayores, especialmente mi abuelo, hablaban con preocupación sobre la época de La violencia, esa guerra política interna que se resolvió con el pacto de Benidorm en 1956 y que dejó al país sangrando entre los años 40 y 60. Hoy, parece que esas sombras del pasado vuelven a caer sobre Colombia, sintiéndose otra vez el miedo en cada rincón.

Lo que parecía superado, la violencia terrorista, ha resurgido con una fuerza que recuerda los peores años del narcoterrorismo. Junio de 2025 será un mes que quedará marcado por una serie de ataques que sembraron el caos en el país. Explosiones simultáneas, con motos y carros bomba cerca de estaciones de policía; una barbarie que dejó muertos y heridos y que algunos ya comparan con aquella época de Pablo Escobar en 1989. Las disidencias de las Farc han intensificado su lucha contra el Estado, sembrando terror. La violencia ha aumentado drásticamente, llegando incluso a atentar contra un candidato presidencial.

Por otro lado, el gobierno actual ha entrado en una crisis de confianza total. Los escándalos de corrupción, desde los casos de la UNGRD hasta la imputación de un exministro de Hacienda por tráfico de influencias, han dañado de forma irreparable la imagen de quienes nos gobiernan. La gente está cansada, frustrada, y su percepción negativa hacia la administración alcanza el 60%. La aprobación presidencial es mínima, apenas un 36,2%, y las renuncias en el gabinete parecen no tener fin. La sensación que persiste es de un vacío de liderazgo y de una falta de rumbo claro.

Para colmo, muchos pensamos que Petro, con su lenguaje azuzador de clases, en su intento por mantener el poder, ha tirado una moneda al aire con decisiones que parecen saltarse la Constitución. La firma del decreto para una consulta popular, aunque ilegal, se ha alimentado con teorías conspirativas, para darle gusto al mandatario de turno. Figuras de la oposición hablan incluso de un “golpe de Estado escalonado”.

Pese a todo, todavía hay una chispa de esperanza en los corazones de muchos colombianos, aquellos que padecemos la agonía de los “paros” todas las semanas. La idea de que el 7 de agosto de 2026 termine este calvario con un cambio en la presidencia, entonando el himno nacional —canción que no les gusta a algunas personas—: “Cesó la horrible noche”... es un deseo profundo. Solo queda esperar que, si Dios quiere, un nuevo liderazgo pueda sacarnos de esta pesadilla y comenzar a sanar el país.

Únete a nuestro canal de WhatsApp
Reciba noticias de EU en Google News