Me causó una grata sorpresa la presentación del gobernador de Bolívar, Yamil Arana, durante la Asamblea Seccional de la Andi, el pasado 5 de junio. Y no precisamente por la acostumbrada exposición que suelen hacer los mandatarios sobre sus obras e inversiones en colegios, escenarios deportivos, vías, saneamiento básico y otros frentes que, sin duda, son claves para el desarrollo del departamento. No. Lo destaco por su enfoque estratégico -acertado y oportuno- en la visión de atraer a los turistas que visitan Cartagena hacia otros municipios de Bolívar.
Según el gobernador, la permanencia promedio de un turista en Cartagena es de 3,5 días, la cual resulta baja. Esa corta estadía probablemente obedece no solo a factores presupuestales o de agenda del visitante, sino también a las limitaciones en la oferta de experiencias y actividades que actualmente brinda la Heroica. Y es aquí donde entra en juego la estrategia de Arana: “Cartagena debe convertirse en el ‘ancla’ para atraer turistas hacia otros destinos dentro del departamento”.
El gobernador citó el caso del crucero de lujo AmaMagdalena, una experiencia que ha resultado ser un éxito total, con reservas agotadas con varios meses de antelación. Esa respuesta ha motivado inversiones en infraestructura que mejoren la imagen de distintos municipios, incluyendo embarcaderos y malecones ribereños en poblaciones como Mompox, Magangué y Calamar. Incluso, Arana señaló que hay expectativas de que nuevos cruceros se sumen a la iniciativa, lo que representaría la llegada de visitantes con alto poder adquisitivo, dispuestos a gastar en artesanías, arte, gastronomía, ecoturismo, historia y más.
Luego de felicitar al gobernador, quisiera hacerle dos recomendaciones, que seguramente ya están sobre la mesa de su equipo, pero que vale la pena reiterar: 1) Tener presente la nefasta experiencia de acoso al turista y precios abusivos que han afectado sitios emblemáticos como Playa Blanca, Cholón o las playas de Bocagrande, y que sabotean cualquier esfuerzo por atraer nuevos visitantes. 2) Es vital identificar en cada municipio su propia identidad, arquitectura, carácter y propuesta de valor, para evitar que todos terminen pareciéndose entre sí. Las universidades de la ciudad pueden convertirse en aliados estratégicos para apoyar en ambos frentes. Es mi opinión que la Gobernación y la Alcaldía no han aprovechado el inventario de conocimiento que tienen las universidades de la región.