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Columna

‘El hado de la Isla Cangrejo’

“Hoy el reto es cómo los cartageneros aprovechamos el pretexto de los 500 años de fundada la ciudad, para hacer lo que no se ha hecho, esto es visibilizar...”.

RAÚL PANIAGUA BEDOYA

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Este es el título del libro que acaba de salir a circulación, del economista Felipe Merlano De La Ossa, en el cual, a manera de síntesis de más de cuatro décadas de actividad profesional y de compromiso con la ciudad y en especial con su futuro, plasma lo que, a su modo de ver, son las acciones que debemos acometer para cambiar, o mejor, transformar la ciudad que tenemos.

Esta no es una reseña del libro, sería imposible hacerlo en una columna, pero sí quiero destacar varios aspectos para que el lector se proponga tomar el libro como una guía para que las próximas décadas y en especial, las próximas generaciones, tengan una ciudad mejor en todos los aspectos, en particular en sus relaciones, oportunidades y gratificaciones, y retomando las palabras finales del texto de Gabriel García Márquez, en la entrega del informe de la Misión de Sabios, le pueda permitir a esa amplia masa de cartageneros tener una “segunda oportunidad sobre la tierra que no tuvo la estirpe desgraciada del coronel Aureliano Buendía”. Para empezar, el diccionario de la Real Academia de la Lengua presenta la palabra hado como “fuerza desconocida que obra irresistiblemente sobre los dioses, los hombres y los sucesos” y le agrega, “Encadenamiento fatal de los sucesos”, con varios sinónimos como: “destino, fatalidad, suerte”; pero además la referencia a los cangrejos retoma una expresión que ha venido cogiendo fuerza en distintos ámbitos para describir lo que somos en la ciudad, “el balde de cangrejos” y de la que ya tenemos referencia que en el país y aun en el exterior, nos describen con esa metáfora. La portada del libro no puede ser más simbólica al recoger en ella la que se afirma fue la primera bandera de la ciudad, cinco cangrejos sobre dos franjas blanca y verde.

Es un texto riguroso conceptualmente, solido académicamente, con suficientes soportes documentales, con un cuidadoso trabajo de investigación, sustentación y demostración de lo que se va afirmando, es un “texto de reflexión sobre la necesidad de transformar las dinámicas sociales y urbanas de Cartagena de Indias”. Es una revisión meticulosa de por lo menos un siglo de búsqueda de documentos en los cuales se da fuerza a dos ideas centrales para mí. Una que la ciudad ha carecido de planeación. Aquí el autor demuestra la proliferación de trabajos de ese tipo por lo menos desde 1915. Si no es por ahí el vacío, entonces nos lleva a la segunda idea central, que el ‘problema’, si así lo pudiéramos llamar, somos nosotros, los cartageneros, la clase política, la dirigencia, que ha tenido en sus manos las decisiones de la ciudad en por lo menos el último siglo.

Hoy el reto es cómo los cartageneros aprovechamos el pretexto de los 500 años de fundada la ciudad, para hacer lo que no se ha hecho, esto es, entre otras cosas visibilizar, incluir, empoderar, fortalecer la identidad, el sentido de pertenencia, la autoestima como ciudadanos y las responsabilidades por todo lo que nos concierne.

*Sociólogo.

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