Las metas de acceso a la educación superior en el país corren el riesgo de no cumplirse. La causa reposa sobre el anuncio que el Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior (Icetex) ha hecho sobre un recorte presupuestal sin precedentes para 2025.
Es conocido que el número de créditos nuevos otorgados por el Icetex se redujo en un 80%: de 50.000 en años anteriores pasó a solo 10.000 en 2025. En ese proceso, también desapareció la línea de crédito de largo plazo subsidiada por el Estado, que ha sido la línea financiera que más apoyaba a personas en condición de alta vulnerabilidad.
Álvaro Urquijo, presidente de Icetex, manifestó que la entidad busca nuevas fuentes de financiación y reconoció que, aunque la entidad es autosostenible y no depende completamente del Presupuesto General de la Nación, la crisis fiscal ha impactado significativamente el portafolio del instituto. No obstante, se debe tener claro que esas nuevas alternativas para conseguir fondos deberán contemplar tasas de interés muy atractivas que viabilicen el acceso de la población vulnerable al sistema de educación superior.
El panorama que se ha descrito compromete significativamente la meta del Gobierno nacional de ampliar la cobertura universitaria en 500.000 nuevos cupos. Las instituciones de educación superior oficiales no siempre cuentan con los recursos necesarios para aumentar su capacidad; y las privadas enfrentan la gran dificultad de ampliar el portafolio de descuentos y becas, y de otorgar créditos de largo plazo sin el respaldo de Icetex.
La Asociación Colombiana de Universidades (ASCUN) ha manifestado una preocupación relacionada con la reducción en la adjudicación de nuevos créditos y la falta de apoyo a los estudiantes de estratos socioeconómicos 1, 2 y 3, quienes presentan complejas dificultades para pagar créditos educativos en plazos cortos, que es lo que se encuentra mayormente en el mercado financiero. La incertidumbre aumenta al reconocer que muchos no quedan cobijados por la política de gratuidad en universidades públicas y que, más bien, dependen de créditos subsidiados para ingresar a instituciones privadas.
El llamado de urgencia es para al Gobierno nacional, que debe proponer una solución estructural para detener el acelerado debilitamiento del Icetex. Asignar los recursos necesarios a la entidad para garantizar su estabilidad y, con ello, transitar al logro de las metas de equidad y cobertura a través del acceso de miles de jóvenes a la educación superior es una tarea que no se puede postergar.
Las opiniones aquí expresadas no comprometen a la UTB ni a sus directivos.