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Columna

Calamar está de moda

“En Calamar, su patrimonio más preciado, aún testigo de su época dorada, es su rica Arquitectura Republicana Residencial...”.

Mayra Rodríguez Osorio

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Con la iniciativa del gobernador de Bolívar, la llegada del Crucero ‘AmaMagdalena’, una embarcación de lujo que empezó a operar en abril de este año marcando un hito en el turismo fluvial, para ofrecer una experiencia de lujo; y con la apertura de la nueva sede de la Cámara de Comercio de Cartagena denominada CISE (Centro Integral de Servicios Empresariales), forman parte de la estrategia de regionalización y fortalecimiento del municipio de Calamar y eso hace que esta región esté de moda.

Al inicio, con la llegada de una empresa ferroviaria norteamericana que se incorpora a la actividad económica de la región, Calamar se convierte, muy rápido, no solo en sitio de intermediación comercial entre Cartagena y el resto del país, sino en la despensa comercial de la Región Caribe. Con el tren, cambió su base económica. El ferrocarril se convirtió en el eje sobre el cual giraba su economía.

Desde sus inicios, Calamar fue encausado por una corriente avasalladora de civilización y prosperidad, aunando al cálido afecto, franca amistad y hospitalidad, elementos constituidos en el cautivante sortilegio de su gente, ambiente que creó la mejor condición para aclimatar pronto a numerosas familias nacionales y extranjeras, quienes aguijoneados por la búsqueda de un futuro mejor fijaron sus reales en esta próspera población bolivarense. Estas familias inmigrantes se distinguieron durante más de un siglo, no sólo porque trajeron capital para invertir, también por la experiencia e iniciativa desplegada a través de las empresas de transporte fluvial, ferroviarias, industrial, comercial y cultural. Fue tan resplandeciente el progreso de esta población, que en poco tiempo se constituyó para el mundo entero en sitial de encuentro y amalgama de diferentes civilizaciones y culturas.

Ya para los años 1920 y 1927 se instala en Calamar la sucursal de la Empresa Sociedad Colombo-Alemana de Transporte Aéreo (SCADTA), realizando el primer vuelo formal entre Barranquilla y Girardot. El plan de vuelo de ese histórico recorrido incluía las indispensables escalas en Calamar, Magangué, El Banco, Gamarra, Puerto Wilches, Barrancabermeja, Puerto Berrío y Honda.

En Calamar, su patrimonio más notable y preciado que aún permanece en pie como testigo mudo para testimoniar a la posteridad su época dorada y de mayor esplendor, es su rica Arquitectura Republicana Residencial, construida por los inmigrantes, provenientes de diferentes latitudes. Son comparables a las casas quintas o mansiones emplazadas en amplios solares, como residencias de descanso de familias barranquilleras y cartageneras, o como propiedad de hábiles comerciantes locales; son muy similares a la arquitectura desarrollada en barrios residenciales muy representativos como El Prado, en Barranquilla; o el Barrio Manga, en Cartagena. Este fenómeno, florecerá con estas instituciones que han pensado en el progreso de Bolívar. ¡Gracias Gobernador!

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