El Sistema Interconectado Nacional (SIN) se encuentra en el máximo grado de estrés, debido a la estrechez de la Oferta de Energía Firme (OEF) a causa del atraso en la ejecución de los proyectos tanto de generación, entre los cuales se destacan las 4 unidades de Hidroituango y los 16 parques eólicos en La Guajira; como de transmisión, empezando por la Línea colectora, de la cual depende la inyección de la energía generada en los parques eólicos al SIN, cuya ejecución ya tiene 3 años de atraso
La capacidad instalada de generación, según XM, que es la empresa que opera el SIN, es de 21.420.86 GW y según estudio reciente de Fedesarrollo, para el 2028 se requiere contar con una capacidad de 29 GW; pero al paso que vamos eso es imposible, no obstante la subasta de expansión que tuvo lugar en febrero del año pasado y la de reconfiguración reciente, así como la de expansión en curso. El atraso en la ejecución de proyectos de generación se estima en 3.500 MW, el 30% de la demanda nacional
Lo dijo con toda claridad y con el énfasis que la situación amerita, la presidenta de XM, Nohemí Arboleda, que “el 55% de los proyectos de expansión relacionados con las redes de STN y STR representan retrasos frente a su fecha de entrada en operación y digamos la materialización de esos planes de expansión es clave para ese futuro que esperamos”.
Ello se traduce en lo que denomina la presidenta de Asoenergía, Sandra Fonseca, un “equilibrio inestable en el balance oferta - demanda existente”, a tal punto que según la presidenta de Acolgen, Natalia Gutiérrez, “con base en las proyecciones de demanda anual de la UPME y las cifras de OEF publicadas por XM, se mantiene un déficit de energía firme negativo”.
Esta situación, ya de por sí preocupante, tiende a agravarse, toda vez que la controvertida Resolución de la CREG 101 066 de 2024, que cambia el mecanismo y establece dos techos para el precio de escasez, que por lo pronto es optativa, se tornará obligatoria a partir de los años 2028/2029, tienen un efecto perverso y disuasivo hacia las empresas que operan a carbón, las hidráulicas y las renovables, y en última instancia en lugar de contribuir a bajar las tarifas de energía eléctrica, las presionaría al alza, ya que si entran deberán cobrar entre US$30 o US$35 frente a los US$18 que está actualmente el cargo por confiabilidad. Eso, al final del día, es más costoso para los usuarios, que son quienes terminarán pagando los platos rotos.
En cuanto a la transmisión, como se recordará, un comunicado de la empresa XM, responsable de la operación del SIN, fechado el 17 de julio de 2023, se advirtió sobre “la existencia de condiciones de riesgo para la atención segura de la demanda en algunas partes de las sub-áreas del país: Guajira - Cesar - Magdalena, Córdoba - Sucre y Bolívar por sobrecargas de la infraestructura, dando lugar a desconexiones continuas de demanda”.
Y lo acaba de ratificar la gerente general de la empresa Transelca, encargada de transportar la energía desde el interior a la Región Caribe, Brenda Rodríguez: “Toda la Costa Caribe está declarada en emergencia por agotamiento de las redes eléctricas. Esto lo estamos atendiendo con especial cuidado”. Esta alerta no debería pasar por desapercibida, porque de ella se sigue que está en riesgo la firmeza y confiabilidad de la prestación del servicio en toda una región.