La verdad estoy mamado, remamado, me excusan el término, pero es que hay dos noticias que me descomponen completamente: la primera es la violencia intrafamiliar contra los niños, la segunda es la insuficiencia alimentaria también en esta clase que es la infancia vulnerable, la infancia que no puede mantenerse, la infancia víctima de un mundo que piensa más en un partido de fútbol, en un concurso de belleza o en la lucha partidista.
Desde hace más de 5 años, con una pequeña patrulla de voluntarios donantes que me piden el anonimato, pero estoy en un momento álgido, espero conseguir ayuda, arroz sobre todo. Caracol Televisión todos los semestres me envía una tonelada de arroz, y cuando comienzan clases, una caterva de útiles escolares. Mi jefe y amigo Roberto Pombo, Simón Beetar, Jaime De La Cruz, Eugenia Arango, Enriquito, mi ahijado Enrico Benedetti, Tessarolo con un bellísimo cuadro que vendí por arroz, mi amiga Ángela, pintora miamense con un cuadro de medidas gigantes; el pintor bejarano Armando Vegalara, Juancho Lemaitre, Nandy Hoyos de Pereira, William Murra, Tadeo Murra, mi prima Vivianne, Cine Colombia, gracias a Munir Falah Issa; Dumek Turbay, la primera dama del Distrito, Liliana Majana; la hija de Hilsaca, y el hijo mayor Gabriel Hilsaca; la primera dama de Colombia, Verónica Alcocer, etcétera.
Todas estas ayudas reciben un certificado de donación que se puede descontar por el 125% en la declaración de renta. Hay bastante gente que colabora, pero hay bastantes bocas para alimentar, por esto les estoy pidiendo un esfuerzo: les cuento que estamos gestando directamente un comedor en San José de Los Campanos, sector Revivir, más de 200 afiliados para el almuerzo de lunes a viernes y estudios de lunes a sábado, desde clases de inglés a lectura y comprensión, música, manualidades. Estas clases las dictan unos voluntarios que sólo reciben una ayuda para el transporte y son la base sólida en la cual todo el aparataje de Corazón Contento logra funcionar, pero ha habido dos retiros que nos ponen en la peor inmunda de iliquidez.
Afortunadamente la empresa de familia me colabora con mercados mensuales y otros amigos siempre me tienen el arrocito para los niños en otro comedor en manos de doña Ludis, ‘Los Hijos de María’, que recibe de nosotros toda la ayuda posible; y en Bicentenario otro pequeño, el total es de 500 niños a los que hay que alimentar una vez al día con mínimo 120 gramos de arroz.
Aparte de la proteína que nos llega afortunadamente en el camión de Antillana, empresa pesquera que mensualmente nos llena de cabezas y colas de pescado que manipulado por nuestras cocineras, se vuelve un salpicón que los niños adoran. Y los señores de atún Van Camps son otros donantes generosos, así que únase a nosotros.