La Cumbre Empresarial de la Región Andina, organizada recientemente por la Cámara de Comercio de Bogotá, puso sobre la mesa una realidad estratégica: el mercado andino —conformado por Colombia, Bolivia, Ecuador y Perú— representa una plataforma de expansión con alto potencial para las empresas del Caribe colombiano. Con más de 115 millones de habitantes y un PIB conjunto superior a los 1,1 billones de dólares (CAN, 2023), esta región ofrece condiciones favorables de cercanía geográfica, afinidad cultural y acuerdos comerciales que deben ser mejor aprovechados.
Desde Cartagena y Bolívar, nuestras micro, pequeñas y medianas empresas tienen una oportunidad tangible de integrarse a cadenas regionales de valor, establecer alianzas y escalar sus modelos de negocio con visión exportadora. Sectores como alimentos y bebidas, manufacturas ligeras, servicios tecnológicos, turismo e industrias creativas encuentran en la Región Andina no solo una demanda creciente, sino también socios estratégicos para el desarrollo conjunto de productos, la innovación y la transferencia de conocimiento.
Durante la Cumbre se insistió en la necesidad de avanzar hacia una integración más productiva y menos transaccional. Esto implica trabajar en agendas comunes que conecten nuestras fortalezas con desafíos compartidos: la transición energética, la transformación digital, el fortalecimiento del comercio intrarregional y la promoción del desarrollo sostenible. Cartagena tiene mucho que aportar, y también mucho que ganar.
En esa línea, desde la Cámara de Comercio de Cartagena hemos dado pasos concretos. A través de programas como Green Pymes Alliance, Ecopymes Turísticas y la Ruta de Internacionalización, hemos acompañado a más de 700 mipymes en procesos de preparación para mercados exigentes, adopción de prácticas sostenibles, gestión de eficiencia energética y mejora de estándares de calidad. Gracias a estos esfuerzos, más de 30 empresas locales cuentan hoy con certificaciones como Negocios Verdes, y varias de ellas avanzan en procesos de internacionalización en Europa y en la propia Región Andina.
De hecho, tras su participación en la reciente rueda de negocios en Bogotá, cinco empresas locales reportaron expectativas de negocio por más de 720 mil dólares, en sectores como alimentos, tecnología, manufactura liviana y moda. Estos resultados reflejan el enorme potencial de conectar nuestras mipymes con nuevas oportunidades comerciales.
Casos como estos demuestran que cuando se articula lo local con lo regional, se abren verdaderas posibilidades de crecimiento. Pero aún queda mucho por hacer. Es necesario fortalecer nuestras plataformas logísticas, invertir en innovación, impulsar la digitalización empresarial y fomentar una cultura exportadora desde los territorios.
La integración andina no es un concepto abstracto: es una ruta concreta hacia el crecimiento empresarial, el desarrollo de nuevos mercados y la consolidación de una región más resiliente y conectada. Cartagena y Bolívar están llamados a jugar un rol protagónico en esa agenda. Apostar por la Región Andina es, en esencia, apostar por el futuro de nuestras empresas.