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Columna

El testigo mentiroso II

“Expuse antes, que la memoria no es una grabadora perfecta, sino un proceso reconstructivo que puede distorsionarse con el tiempo...”.

Christian Ayola

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Los falsos recuerdos y los trastornos de la memoria son fenómenos fascinantes que muestran lo maleable que puede ser nuestra mente. Expuse antes, que la memoria no es una grabadora perfecta, sino un proceso reconstructivo que puede distorsionarse con el tiempo. Uno de los conceptos más estudiados es el síndrome de la memoria falsa, que ocurre cuando una persona recuerda con gran seguridad eventos que nunca sucedieron.

Estos recuerdos pueden surgir de manera espontánea, pueden ser inducidos por sugestión durante procesos terapéuticos, o bajo intenso interrogatorio policial. Entre las paramnesias (falsas memorias), distinguimos: la confabulación, fenómeno en el que una persona con ciertos trastornos neurológicos, llena vacíos en su memoria con falsos recuerdos, sin intención de engañar. Quienes confabulan creen genuinamente en sus recuerdos, aunque sean inexactos.

El síndrome de Korsakov es un trastorno neurológico grave causado por una deficiencia de vitamina B1 (tiamina), asociada a malnutrición, o al alcoholismo crónico. Se caracteriza por amnesia severa, dificultad para formar nuevos recuerdos y confabulación. Los afectados pueden inventar historias para llenar lagunas en su memoria sin darse cuenta de que son falsas. Este síndrome es parte del síndrome de Wernicke-Korsakov, donde la encefalopatía de Wernicke es la fase aguda y el síndrome de Korsakov representa la fase crónica. Su tratamiento incluye la administración de vitamina B1 y rehabilitación neurocognitiva para mejorar la memoria y la orientación.

La pseudología fantástica, también conocida como mitomanía, es un trastorno psicológico caracterizado por una tendencia compulsiva a mentir y elaborar historias falsas de manera convincente. A diferencia de una mentira ocasional, las personas con este trastorno crean relatos detallados y estructurados, muchas veces sin un beneficio evidente para ellos. Estas historias suelen tener elementos de verdad, pero están exageradas o completamente inventadas. No se trata de delirios ni de psicosis; la persona puede admitir que sus relatos no son ciertos si se le confronta. La tendencia a mentir es persistente y no está motivada por una situación específica. A menudo, las historias presentan al mentiroso de manera favorable, como alguien heroico o excepcional. La pseudología fantástica puede estar relacionada con trastornos de la personalidad, como el trastorno histriónico, el trastorno narcisista o el trastorno de la personalidad límite.

Estos apuntes, y otros por examinar, resultan importantes en este momento histórico, debido a que esperamos presenciar innumerables juicios relacionados con temas de corrupción, protagonizados por funcionarios del gobierno del cambio actualmente investigados y por sus cómplices de partidos tradicionales que progresivamente serán vinculados por la Fiscalía o la Corte, en la medida que sean delatados por los hoy imputados que negocien principios de oportunidad. Finalmente, confiando en la justicia, esperamos conocer la identidad del determinador detrás de estos peones y alfiles sacrificados.

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