El municipio San Basilio de Palenque, hace poco corregimiento de Mahates, departamento de Bolívar, reconocido por la Unesco en el 2000 como ‘Primer pueblo libre de América’, fundado por esclavos indómitos escapados del yugo español, comandados por Benkos Biojó e invictos Cimarrones estableciendo comunidad autónoma a finales del siglo XVII, declarada ‘Obra maestra del patrimonio oral e inmaterial de la humanidad’, conserva por siglos casi intacta, su lengua materna, mezclando español, bantúes, fecundando bullerengue, rituales fúnebres; aportando saberes de medicina tradicional de generación en generación, con orgullo y altivez, saboreando su espléndida gastronomía, herencia de Mama África, incorporándole los sabores del Caribe colombiano, ponderando la bravura independentista de Benkos Biohó y su esposa Reina Wiwa; cuna hazañosa de Antonio Cervantes ‘Kid Pambelé’, primer colombiano campeón mundial de boxeo junto a los hermanos Ricardo y Prudencio Cardona, también campeones orbitales; Evaristo Martínez, actor de cine junto a Marlon Brando, músicos talentosos como Rafael Cassiani, Luis Tower, Dorina Hernández, primera mujer palenquera al Congreso de Colombia y, en los últimos años, orgullosos del doctor Arturo Hernández Salgado, galardonado cirujano gastrointestinal, reconocido docente Facultad de Medicina, Universidad de Cartagena, considerado de los más brillantes del planeta. La lista de palenqueros destacados rebasa esta columna.
Aun cuando la mayoría de los palenqueros profesa la religión católica impuesta por los conquistadores españoles, existe mistura con símbolos africanos presentes en la celebración de la Fiesta de San Basilio ‘el Grande”, patrono del pueblo, fundiendo, magistralmente, dogmas católicos y creencias ancestrales, por lo que mientras respiran el incienso retumban tambores lejanos de Mamá África cabalgando sobre espíritus protectores de la estirpe.
Salud y enfermedad están presentes en San Basilio de Palenque desde su fundación, acudiendo a rituales sagrados heredados de Guinea y Angola junto al poder inconmensurable de la naturaleza; dogmas católicos entrelazando la vida y obra de santos con delúdales africanas bailando bullerengue hasta la madrugada, conservando altivez y dignidad a pesar de cicatrices esclavistas.
Quizás por eso, cuando los medios de comunicación informaron al mundo que apareció ‘humo blanco’ en la chimenea del Cónclave, proclamando al cardenal estadunidense, Robert Francis Prevost Martínez, nuevo Papa, quien adoptó el nombre de León XIV, remplazando al inolvidable papa Francisco, Brunilda, la mayor de 7 hermanas, pegada al televisor, allá en San Basilio de Palenque, aseguró:
“Mientras no elijan Papa palenquero, nada cambiará: cojan las palanganas de Alegría con coco y anís, Cocadas, Caballitos, Enyucados, Bolitas de ajonjolí, Dulce de corozo, tamarindo y aquí no regresen sin terminar los oficios”.