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Columna

Narcotráfico, motor de la corrupción y violencia en Colombia

“El narcotráfico ha explotado históricamente las debilidades del Estado colombiano en el control de vastos territorios rurales...”.

José William Porras

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El narcotráfico ha exacerbado la corrupción y la violencia en Colombia debido a varios factores interrelacionados, que incluyen la inmensa rentabilidad de esta actividad ilícita, su capacidad para penetrar en instituciones del Estado y la dinámica del conflicto armado que ha caracterizado al país. A continuación, se desglosan las principales razones por las cuales se ha convertido en el motor que mueve la corrupción y violencia en el país:

El narcotráfico genera enormes cantidades de dinero, lo que ha permitido que los grupos criminales compren voluntades, financien conflictos y perpetúen un ciclo de violencia y corrupción.

Los narcotraficantes han financiado campañas electorales para garantizar protección política. Un ejemplo es el escándalo del “Proceso 8.000”, que vinculó al gobierno de Ernesto Samper con dinero del Cartel de Cali.

La lucha por el control de rutas de tráfico y territorios ha desencadenado enfrentamientos entre carteles, grupos armados y fuerzas del Estado. Esto no solo intensifica la violencia, sino que también genera un clima de inseguridad que afecta a la población civil.

El narcotráfico sigue siendo una fuente clave de financiación para los grupos armados en Colombia, como las Disidencias de las Farc, el Ejército de Liberación Nacional (Eln) y delincuencia común, permitiendo a estos grupos obtener recursos para comprar armas, reclutar combatientes y mantener estructuras de poder en zonas rurales y en algunos sectores en ciudades importantes de Colombia.

El narcotráfico ha intensificado la disputa por territorios estratégicos entre los grupos armados, lo que ha resultado en desplazamientos masivos, masacres y violencia generalizada. La mas reciente en la región del Catatumbo.

El narcotráfico ha explotado históricamente las debilidades del Estado colombiano en el control de vastos territorios rurales, muchas veces abandonados o sin presencia estatal significativa.

Se puede concluir que el narcotráfico ha exacerbado la corrupción y la violencia en Colombia porque opera en la intersección de factores como la debilidad institucional, la desigualdad social y el conflicto armado. Al generar recursos inmensos, el narcotráfico ha penetrado las estructuras del Estado, perpetuado ciclos de violencia y consolidado un sistema de impunidad. Abordar este problema requiere no solo combatir el narcotráfico, sino también fortalecer las instituciones, ofrecer alternativas económicas a las comunidades rurales y promover una cultura de legalidad y justicia. Sin estas medidas, el narcotráfico continuará siendo un motor de corrupción y violencia en el país. Este gobierno solo se ha limitado a la interdicción dejando el problema de fondo sin solución.

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