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Columna

Ella: la de los pantalones bien puestos

“Marie rompió paradigmas, es decir: tuvo los pantalones bien puestos, desafió un mundo académico...”.

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El pasado 8 de marzo, ONU Mujeres conmemoró el Día Internacional de la Mujer bajo el lema “Para las mujeres y niñas en toda su diversidad: Derechos, igualdad y empoderamiento”, con el cual rindió homenaje a todas aquellas mujeres que han luchado por la igualdad y a aquellas que la historia no menciona, pero que allanaron el camino para las generaciones actuales.

Mujeres de nuestro pasado lejano y reciente que se caracterizaron por tener los pantalones bien puestos, expresión coloquial castiza –equivalente al avoir du cran francés– que connota la fortaleza, el coraje y la determinación con que cambiamos nuestra percepción y participación en el mundo.

Esta capacidad para romper barreras, que hoy llamamos empoderamiento, ha generado cambios sociales, políticos y jurídicos, transformando de esta manera la narrativa de la historia y la metáfora de lo femenino en la sociedad.

Un ejemplo preclaro fue el de Maria Skłodowska –conocida posteriormente como Marie Curie– una polaca que en enero de 1895 formó parte de las 22 mujeres (de un grupo de 776 estudiantes) que perseguían su sueño científico en la Facultad de Ciencias en la Universidad de París. En un contexto de complejidades para las mujeres Marie desempeñó roles disímiles y difíciles a lo largo de su vida; estudiante, esposa, madre, viuda, y doblemente galardonada como nobel de Química y de Física.

Marie rompió paradigmas, es decir: tuvo los pantalones bien puestos, desafió un mundo académico y científico diseñado para ser dirigido exclusivamente por hombres. Su valentía es ejemplo para las mujeres que rompemos barreras, reinventamos realidades y deconstruimos paradigmas derivados de patrones de violencia, autoritarismo y situaciones que, aunque nos hieren, también nos convierten en inconmovibles e inquebrantables.

El empoderamiento de las mujeres es responsabilidad del Estado, debe ser protegido, respetado y garantizado. Sin embargo, las cifras reflejan que la igualdad aún está lejos de alcanzarse, según la UNESCO en América Latina, solo el 45% de las personas investigadoras en ciencia son mujeres, y esa cifra baja a un 30% a nivel mundial.

En cuanto a cargos más representativos, en la política, al 1 de enero de 2025, solo en 25 países se desempeñaban como jefas de Estado y/o de Gobierno 28 mujeres, solo 18 países están presididos por una jefa de Estado, y 16 países tienen jefas de Gobierno, lo que indica que la equidad en los niveles más altos de decisión aún tomará más de un siglo en alcanzarse.

Por ello, es urgente continuar luchando por nuestros derechos, rompiendo brechas y obstáculos. No podemos quedarnos en silencio, viviendo violencias y siendo señaladas o negadas. Debemos recordar que gozar de nuestros derechos es conmemorar a las mujeres del pasado, las que tuvieron siempre los pantalones bien puestos, y exigirlos es la forma de allanar el camino a las mujeres inquebrantables de nuestro futuro, las herederas de ese ejemplo de coraje, resiliencia y valentía que se ha ido convirtiendo, hoy más que nunca, en símbolo del poder, del carácter y la capacidad femenina.

*Docente universitaria.

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