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Columna

Petro y Trump

“Su egocentrismo los lleva a tomar decisiones impulsivas sin pensar en las consecuencias...”.

VIVIAN ELJAIEK JUAN

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Hablar de estos dos líderes, tan importantes para el país y el mundo entero, no es tan sencillo, a pesar de que muchos lo hacen sin detenerse a pensar cómo sus estilos de liderazgo influyen en los destinos de ambos países. Estados Unidos y Colombia son dos países completamente diferentes, sin embargo, es necesario conocer y entender a estos dos líderes tan polémicos, por la gran influencia que ejercen de manera directa uno, e indirecta el otro, en los designios de nuestro país.

De una parte, tenemos a Petro, con una visión idealista para la transformación social del país. Crítico con las élites tradicionales y con el modelo económico que ha predominado por décadas en Colombia. Autoritario y confrontativo, suele tomar decisiones inconsultas sin prever las consecuencias que pueden causar en los colombianos. Por otra parte, está Trump, con una personalidad dominante y competitiva, quien transmite una imagen fuerte y contundente en sus posturas acerca de lo que Estados Unidos necesita para su crecimiento. Impulsivo en la toma de decisiones, provoca reacciones fuertes en el pueblo americano, dividiendo al país en sus posturas y opiniones.

Son muchos los rasgos de personalidad que ambos líderes comparten. Analistas de todas las esferas se identifican al expresar que ambos son narcisistas, con un exceso de amor propio y una necesidad de admiración constante; enfocándose en sí mismos y dejando a un lado las opiniones de sus equipos de trabajo. Su estilo de liderazgo está basado en el uso del poder, llegando incluso a ejecutar acciones que traspasan sus limitaciones legales. Son resistentes a las críticas, descalifican a quienes los desaprueban y muy pocas veces admiten sus errores. Su egocentrismo los lleva a tomar decisiones impulsivas sin pensar en las consecuencias que pueden tener para el pueblo en general. Son líderes que provocan en la gente, o bien un odio profundo, o un amor ciego.

Cuando votamos para elegir a un presidente de un país es indispensable considerar, además de su rectitud y competencia profesional para elaborar propuestas políticas en beneficio del pueblo, su estilo de liderazgo. El presidente debe ser ante todo una persona íntegra, con un gran sentido de justicia, priorizando el bienestar común por encima de sus propios intereses, o el de unos pocos. El presidente es el gerente de la empresa más grande que tiene una nación, por lo que debe inspirar y motivar de manera asertiva a su equipo de gobierno para asegurarse de lograr los objetivos trazados.

Estamos a tan solo meses de elegir el próximo líder para Colombia, ojalá seamos más conscientes de la necesidad de escoger a una persona que posea un estilo de liderazgo transformador, de manera que obtenga los resultados que los colombianos por años hemos necesitado.

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