Del 25 de abril al 11 de mayo, se realizará en Bogotá la Feria Internacional del Libro, FILBo 2025. Cuando decidimos ir a la feria del libro, existe el riesgo de regresar con muchos libros comprados que podrían pasar a llenar cualquier estante, incluso conservando el plástico protector. La decisión deber ser ir a una feria, pero de lectura, porque un libro de uno o varios autores, no solo necesita de un grupo de personas que desempeñan diversas funciones para lograr su publicación, también requiere de un trabajo colectivo en busca de lectores, porque un libro impreso o digital, en español u otro idioma, con ilustraciones o sin ellas, de uno o varios autores, sin lectores sencillamente no existe. Lo que sí existe es la necesidad de discernir el tipo de lectura y libro por leer, y aunque eso de bueno y malo son términos relativos, los contenidos deben tributar en nuevas experiencias y aprendizajes.
Porque leer es la base del saber y del aprendizaje, sin lectura no hay escritura y sin lectura tampoco hay ortografía, en todo caso existe otro riesgo, confundir el buen uso de las maravillosas herramientas tecnológicas y quedarnos en la mecánica actividad de copiar y pegar pero dejando de pensar. Bien lo dice Víctor Hugo: “Las que conducen y arrastran al mundo no son las máquinas, sino las ideas”.
La lectura es una actividad fantástica, aprendemos, nos divertimos, nos informamos e instruimos y es maravillosa cuando a través de ella podemos descubrir conocimientos y sentimientos. Es una experiencia y oportunidad para compartir, ideas, creencias y teorías, sin embargo, leer no es suficiente, lo que sí es suficiente, es la interpretación de la lectura, lo que, con seguridad, nos ayudará a enriquecer nuestro argumento. Cuando hacemos una lectura, podemos o no estar de acuerdo con su contenido, pero es el mejor camino para generar nuevas formas de pensar y de escribir, de hecho, podemos soñar e incluso intentar cambiar el final del cuento. Probablemente, hace falta en Colombia una obligación, no legal sino más bien moral, cultural y académica, todo colombiano debe leer e interpretar al menos, un libro de nuestro Premio Nobel de Literatura (1982), Gabriel García Márquez, sus cuentos y novelas cambian lo real y lo mágico, por eso se vale soñar, para despertar y tomar la decisión de comenzar a trabajar para lograr el sueño, por eso, todos estamos invitados a una feria de lectura permanente.
