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Columna

Otros 4 años de perfidia y malevolencia

Muchos no somos partidarios de que nuestras Cortes Supremas de Justicia tengan la función de elegir candidatos que luego sean nombrados por el Congreso para desempeñar altos cargos públicos.

Orlando Díaz Atehortúa

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Muchos no somos partidarios de que nuestras Cortes Supremas de Justicia tengan la función de elegir candidatos que luego sean nombrados por el Congreso para desempeñar altos cargos públicos. Los magistrados también tienen su corazón, algunos son falibles, otros, muy amigueros. Mejor dicho, esta labor les quita independencia y les roba un tiempo precioso para que hagan lo que principalmente les ordena la carta fundante, que realicen sus funciones de administrar justicia en forma imparcial, motivada, altamente académica y jurídica.

En el punto que se examina, crucial y bien importante, sacaron como un conejo, de un sombrero de mago, a sus dos candidatos para procurador General de la Nación (Art. 276 de la Constitución). Recordemos, la Procuraduría se encarga de buscar la protección de los derechos humanos, velar que se cumpla la Constitución, los tratados internacionales, entre otras normas, sancionar a los funcionarios públicos, entre ellos, los elegidos por voto popular, más otras funciones.

Kierkegaard, filósofo danés, nos decía: “Existen dos formas de engañar. Una es creer lo que no es verdad; dos, negarse a aceptar lo que sí es verdad”. Así, primero, no es cierto que en nuestro país exista una verdadera democracia, para ello, se debe practicar una cultura democrática que se base en la confianza de los ciudadanos para con sus dirigentes y gobernantes. Como una ética de credibilidad pública.

Tampoco es verdad que la hoy saliente de la Procuraduría, doctora Margarita Cabello Blanco haya realizado una buena gestión, más bien fue un fiasco, había sido designada como ministra de Justicia y Derecho de Iván Duque. A éste se lo vio haciendo política al lado del general Zapateiro a favor de su candidato para la presidencia, no pasó nada; en cambio, no dudó en suspender del cargo al exalcalde de Medellín, Daniel Quintero, por el mismo motivo. Se dice que es el anfil del grupo de los Char, patriarcas en votación del Atlántico. En fin, sus sesgos políticos, el clientelismo judicial, el favorecimiento a parientes y amigos nos hace pensar que pasará a la historia como un personaje parcializado, clientelista y salvaguardadora de los derechos, obvio, de sus amigos y de quienes la ayudaron a elegir.

En realidad, la votación que obtuvo en el Senado fue arrolladora, 84 votos a favor, entre ellos, los miembros de Cambio Radical se filaron a su favor, igual que con Humberto Martínez Neira, exfiscal General de la Nación, de infausta recordación.

El jefe absoluto de esta colectividad es Germán Vargas Lleras. De lejos, se puede afirmar que Germán no es un hombre de bien, lo demostró cuando le propinó un coscorronazo a uno de sus escoltas, además, carga su inri y deshonra haber tenido entre los miembros de la colectividad al mayor número de personas sancionadas y destituidas. Existen publicaciones serias que mencionan la cifra de 19 congresistas condenados por trabajar con grupos paramilitares, de 349 sancionados y de 41 más destituidos.

Con este gris panorama, uno estaba casi seguro de que Germán iba a resultar favorecido con la elección de alguno de sus candidatos para la Procuraduría. Hizo moñona, por un lado, el Consejo de Estado, en sala plena, seleccionó a Luis Felipe Henao como su candidato, personaje cercano a Luis Carlos Sarmiento. Henao fue jefe de la campaña política de Federico Gutiérrez en su aspiración para la presidencia. Al exministro se le ve en fotos con “El Ñeñe” Hernández, además, se le recuerda por inaugurar un acueducto que solo funcionó un día en Puebloviejo – Magdalena.

No es verdad que Henao no tenga relación con Vargas Lleras, pero la piñata no termina acá, sin sorpresa, el candidato de la Corte Suprema de Justicia es el exsenador German Varón Cotrino, el tocayo y copartidario de Germán Vargas. A éste, según el medio “Cuestión Pública”, la sala penal de esta misma Corte Suprema le lleva más de diez procesos iniciados entre los años 2002 y 2015, que están en reserva. El hermano de Germán, Enrique Vargas, fue quien gerenció la campaña de Varón para el senado en 2014. En el año 2021, la Fiscalía le compulsó copias a la Corte Suprema de Justicia para que definiera si lo investigaba por posible ingreso de dineros, producto de la corrupción, para la campaña al Senado del año 2018.

El presidente Petro se decantó por ternar al secretario general del Senado, Gregorio Eljach, sí, con más de doce años en la corporación, un poderoso cargo que lo vincula a todas las fuerzas políticas. El mandatario, después de tener ejemplares hojas de vida en su poder, optó por jugarse la carta con un personaje que ha construido su carrera por su cercanía a los poderes políticos.

Tenemos que aceptar lo que sí es verdad, en Colombia parece ser que a los investigados por la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia o los que aparecen en fotos con traquetos, en vez de ser lo anterior una señal de inmoralidad, se muestra como una prenda de garantía ética. Además, prima la politiquería, en su forma más burda, por encima de los intereses de la Nación, como el de tener una procuraduría que no sea sesgada, instrumentalizada, sin capacidad de reformarse y altamente politizada.

Adenda 1. Se debería tener órganos de control más pequeños y con funcionarios de carrera especializados, que entren por concurso de méritos.

Adenda 2. Las funciones electorales de las Cortes Supremas de Justicia deben ser suprimidas.

Adenda 3. Es importante que el presidente entienda que muchas veces hacer pactos con el diablo no es muy aconsejable, lo único que debe brillar es la ética pública, tu amigo de hoy, puede ser tu enemigo de mañana.

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