En un mundo lleno de desafíos y dificultades, la resiliencia es esencial para navegar por la vida. Es una habilidad que se puede aprender y cultivar, y crucial para los niños y niñas que crecen en contextos de alta vulnerabilidad social, en los que los obstáculos forman parte de la cotidianidad y limitan sus oportunidades de desarrollo. No es un rasgo innato: igual que un músculo, la resiliencia se fortalece con cada desafío superado.
Generar capacidades en los niños para afrontar las adversidades y salir adelante es también equiparlos con una herramienta poderosa que les permitirá enfrentar los retos de la vida con fortaleza y determinación. Algunos mecanismos protectores, como el sentido del humor, la iniciativa y la creatividad, pueden ayudarlos a desarrollar resiliencia.
El sentido del humor permite a los niños ver el lado positivo de las situaciones difíciles, reduce el estrés y actúa como un amortiguador emocional. Los ayuda a distanciarse de las situaciones estresantes y a verlas desde una perspectiva menos agobiante, a reducir la intensidad de las emociones negativas y a promover una visión más alentadora de la vida.
La iniciativa les enseña a tomar acción y a enfrentar los problemas de frente, en lugar de evitarlos. Los niños con iniciativa buscan activamente soluciones y se esfuerzan por superar los obstáculos, sin sentirse impotentes ante ellos. Esto les ayuda a recuperarse de las adversidades y a evitar convertirlas en traumas.
La creatividad, por su parte, abre la oportunidad de encontrar soluciones innovadoras a los desafíos que enfrentan. Los niños creativos pueden ver más allá de las soluciones convencionales y encontrar nuevas formas de superar los desafíos.
Los resultados de estos mecanismos también se perciben sobre su crecimiento personal. Con su ayuda, los niños aprenden a ver los obstáculos como oportunidades para formarse y crecer. Para Stefan Vanistendael, sociólogo y demógrafo belga, “la resiliencia es una fuerza interior que te permite levantarte cada vez que te caes”.
Esta perspectiva encapsula la esencia de la resiliencia y subraya la importancia de inculcar esta habilidad en los más jóvenes. Al hacerlo, no solo les ayudamos a superar los desafíos de hoy, sino que también se siembran semillas de adultos que florecen y no solo sobreviven en medio de la adversidad.
Las opiniones aquí expresadas no comprometen a la UTB ni a sus directivos.