En Cartagena y en gran parte del país, cada vez que hay una tragedia producto de cualquier fenómeno, las autoridades ponen el grito en el cielo y aparecen como los salvadores de una realidad, siendo, que muchos de ellos han contribuido a construir a estas y a otras ruindades.
Los huracanes de la policorrupcíon, producidos también de los bandidazos de cuello blanco, para quienes el Estado es y ha sido un botín, se han venido apropiando de sus recursos por mucho tiempo, son verdaderos ciclones, han destruido todo lo que han encontrado a su paso, a la comunidad, causando todas las miserias, utilizando torcidos métodos que les han permitido apropiarse de parte del Estado, aglutinan grandes sumas de dinero, bajo la complicidad de muchas impunidades.
La promoción de la inequidad ha sido una manera de ser, de actuar de parte de los hombres y mujeres que están en el Estado, llámese, alcaldes, gobernadores, congresistas, entre otros, ellos, activos promotores del establecimiento progresivo de la pobreza y de muchas las iniquidades. La estrategia hasta ahora les ha funcionado, al punto que algunos de ellos aprovechándose de la tragedia de las necesidades de nuestra gente adelantaron las campañas electorales. Falsa solidaridad.
Este dramático estado de cosas ha sido acompañado por un modelo educativo neocolonial que legitima las nuevas formas de esclavización, que aliena, que confunde, que divide, que aísla, que corrompe, que hace aceptar las tragedias como normales y a los actores de las desagracias, como altruistas y generosos colaboradores.
En ese contexto de muchos huracanes, aparecen los fenómenos naturales como el IOTAS, que además de las omisiones de Estado, encuentran condiciones que permiten grandes devastaciones, acelerando la indigencia en la comunidad, pero, quíen lo creyera, mientras los dueños del poder obtienen millonarios contratos, el pueblo afectado, solo recibe las migajas. “ Vaya, vaya, ganan con cara y ganan con sello.
Los tifones volverán, se aplicará, “el refrán, que dice, después de la tormenta viene la calma, “porque estas cíclicos fenómenos, son visto como normales, al igual que la agigantada pobreza existente. Los otros huracanes, inequidad, corrupción y pobreza seguirán, a la espera de los nuevos fenómenos naturales. La paradoja continuará, pueblo pobre, gobernantes ricos.
Esta dramática realidad, está en proceso de cambio, en el país y el mundo, jóvenes y adultos, han entendido, el perverso juego de los policorruptos y los bandidazos de cuello blanco. Hay resultados ciertos y verificables, que propician cambios estructurales. La era del cambio, dijo presente.
Los instrumentos han llegado, una fuerza espiritual surca los espacios, está en el territorio de la conciencia, ha activado al nuevo ciudadano, que de la mano de los saberes ancestrales afroindigenas, educación integral para la libertad, de la ciencia y la tecnología, han dejado ver la luz, se ha abierto el camino. Adelante, que una familia, una sociedad , un Estado ético y humano, está en curso.
Adenda :
1.La solidaridad, es un derecho humano, es obligación del Estado, no es caridad.
2. Las donaciones de los particulares es necesaria en todo tiempo, sin oportunismos.
3, Paren, no hagan campaña politiqueras con la tragedia y la pobreza de nuestra gente.
4. Cartagena y Colombia debe prepararse para el cambio climático en serio.
5. La soluciones integrales, deben ser urgentes y estructurales,
Profesor y abogado.