Por ser este periodo del Concejo Distrital tan accidentado y escandaloso, resulta por lo menos inminente su renovación. Los procesos jurídicos que pesan sobre varios cabildantes los ponen en una situación política bastante compleja, donde, buscar ser reelegidos puede tener resultados adversos a sus pretensiones electorales.
La realidad política, administrativa, social y cultural de Cartagena, requiere de liderazgos positivos en todos los estamentos, capaces de lograr que converjan todas las fuerzas y sectores para lograr sacar adelante el Corralito de Piedra.
Como en todo camino, en el sendero hacia el desarrollo de Cartagena encontramos verdes prados, aguas claras, pantanos y piedras. Entre esas rocas que dificultan el andar, está el sistema perverso y politiquero que no permite una verdadera renovación del órgano coadministrador del Distrito.
Resulta que para ser elegido Concejal de Cartagena hay que invertir alrededor de seiscientos millones de pesos, claro está, si el aspirante es una persona que tenga reconocimiento en la ciudad, trabajo político y la capacidad de generar voto de opinión, ese dinero se usaría para gastos logísticos, desplazamientos, publicidad y equipo de trabajo, sin mencionar lo que se gastan algunos en la compra y venta de votos y pago de nómina a líderes.
Es muy difícil sacar adelante una ciudad, donde las fuerzas politiqueras de siempre han encarecido y prostituido el sistema electoral. Se acabaron esos tiempos donde las ideas y la convicción ideológica determinaban el liderazgo político de alguien, en estos tiempos es meramente el poder económico sin importar su origen lo que determina las posiciones políticas, es por eso que contamos con líderes que poco o nada les preocupa la situación de miles de Cartageneros que viven en condiciones de extrema pobreza o las comunidades que sobreviven sin la satisfacción de sus necesidades básicas toda vez que sus actuaciones están destinadas a recuperar el dinero invertido en sus campañas de cualquier manera, dejando de lado la gestión de obras y la implementación de políticas públicas que mejoren la calidad de vida de quienes han sido marginados.
Para que Cartagena supere el marasmo social y de infraestructura en que se encuentra, la institucionalidad debe procurar por la construcción de un nuevo ciudadano, celoso con sus derechos, cumplidor de sus deberes y con sentido de pertenencia por su ciudad.
Elijamos a los mejores hombres y mujeres para que nos representen en el Concejo Distrital, con nuestro voto tenemos la capacidad de incidir en el destino de nuestra ciudad, está en nuestras manos darle a Cartagena una segunda oportunidad sobre la tierra o condenarla a cien años más de desidia y atraso.
*Abogado