Hay niños que creen que la leche viene del supermercado, pues allí la consiguen, es sano recordarles que es la vaca la que produce la leche, la que transforma el pasto en ese delicioso alimento.
El dinero viene de los empresarios, no de los impuestos. Son los empresarios los gestores de la generación de riqueza en Colombia. Con sus emprendimientos y liderazgos se transforma la arcilla en ladrillos, el acero en maquinaria, el sol en energía, el campo en comida, el trabajo en salarios. Son ellos los que fabrican los artículos que facilitan nuestra vida y son ellos los que generan empleos de manera sostenible, para que podamos mantener a nuestras familias. Son ellos los que pagan la mayoría de los impuestos con los que se financian salarios de funcionarios, carreteras, acueductos, educación y salud a toda la población.
Dicho lo anterior, el sentido común dice que todo el aparato gubernamental local y nacional debe colaborarle a los empresarios para que hagan lo que saben hacer: dinero, empresa, generar empleos y prosperidad; pero no, los empresarios son víctimas de una interminable tramitomanía, complejos y costosos requisitos, exigencias sin fin, burocracia, negligencia, entre muchos otros males. No solo eso, los empresarios están llenos de obligaciones fiscales, laborales, entre muchas otras.
Esas obligaciones están auditadas por águilas y prácticamente todo el aparato gubernamental, pero sus derechos, los derechos de los empresarios, no son vigilados y protegidos, y es muy poco el esfuerzo gubernamental para que los empresarios disfruten de ellos. Es letra muerta los plazos que por ley tienen las entidades gubernamentales para entregar permisos, licencias, derechos de petición y otros; pero no es letra muerta las fechas límites de la DIAN a los empresarios.
El gobierno está más pendiente de cumplirle a los que encienden llantas, a los que con marchas cierran las carreteras, que a los empresarios, que aun cuando no se les cumplen sus derechos, acuden a desayunos o almuerzos de trabajo citados por el gobierno. Es hora que los gobiernos locales y nacionales le corran a los empresarios, le cumplan los plazos estipulados en la ley, es hora que la ley piense en los empresarios y en el emprendimiento. El empresario es el motor de la economía y como tal debe ser tratado.
El alcalde de Cartagena, junto a sus secretarios deben asistir por lo menos una vez al mes a reuniones en la Andi, Cámara de Comercio, Invest in Cartagena, entre otras entidades que agrupan e impulsan a empresarios, para no solo enterarse de los problemas y trabas que tienen en su día a día y en proyectos específicos, sino para solucionarlos de manera inmediata, o por lo menos mostrar un genuino interés y una gestión diligente. Algo que siendo sinceros, brilla por su ausencia.
Acabando la corrupción, cosechando nuevos liderazgos e impulsando a los empresarios, le damos una estocada mortal a la pobreza en Cartagena.