El sector salud en Colombia y en particular en la costa está en crisis, a la falta de una infraestructura adecuada de redes hospitalarias, se suma la falta de especialistas en algunas regiones y las enormes brechas existentes entre los modelos de atención cuando se comparan los municipios y las diversas capitales departamentales.
La salud de la costa Caribe tiene déficit por todos lados, déficit de camas, déficit de especialistas, déficit de recursos, déficit de gestión y especialmente, déficit de dolientes. Pareciera que lo único que no está en déficit es el número de pacientes que día a día aumentan y que durante los últimos 18 meses se ha incrementado de manera incuantificable producto de la atención de los migrantes que huyen de Venezuela buscando un mejor futuro y mayores oportunidades en Colombia.
A lo descrito anteriormente, se suma la resolución impartida desde la Superintendencia Nacional de Salud sobre la revocatoria de funcionamiento de Comfacor EPS, una nueva situación que pone en riesgo a más de 500 mil costeños de los departamentos de Bolívar, Sucre, Atlántico, Magdalena y Córdoba.
Esta medida que se veía venir y deja una serie de interrogantes que van a ser muy difíciles de resolver. El primero y más grave tiene que ver con la suerte que correrán los afiliados, aunque los mensajes de tranquilidad a sus pacientes son permanentes, la realidad podría ser otra pues en más de un hospital podría haber pacientes afiliados a Comfacor en espera de autorizaciones, exámenes, tratamientos para cáncer, insumos y quien sabe cuántas cosas más.
Por sólo poner un ejemplo, se sabe que en Cartagena hay problemas para los afiliados que requieren resonancias magnéticas, exámenes médicos especiales e insumos y materiales para cirugías ortopédicas.
Un segundo interrogante tiene que ver con la deuda que mantiene esta EPS con las clínicas y hospitales de la región, ¿al entrar esta EPS en liquidación y al suspenderle la habilitación para funcionar, quién se hará cargo de estas deudas? Los hospitales de la costa han tenido que soportar en los últimos años las liquidaciones de Caprecom, Saludcoop, Cafesalud y ahora la de Comfacor. ¿Con que recursos pueden continuar operando, si entre estas cuatro EPS en proceso de liquidación hay millonarias deudas que afectan tanto a la red pública como a la red privada de prestadores de servicios?
El tema no es sólo ordenar la liquidación de una EPS que no cumple con los requisitos fundamentales para poder funcionar en una región, el tema es tener en cuenta todos los problemas colaterales a los que conlleva una decisión de esta magnitud. En este caso los afectados serán los pacientes, los trabajadores, los hospitales y clínicas de la región. Surge entonces una pregunta adicional ¿Será que estamos tomando decisiones de manera tardía y que esta situación se pudo prevenir hace mucho tiempo, evitando la crisis que se está generando actualmente?
El actual Superintendente dijo, cuando arrancó su gestión hace muy pocos meses, que entraría a regular de manera enérgica a las EPS que no cumplieran con los requisitos necesarios para su funcionamiento, lo está haciendo y sin duda esta decisión tiene toda la validez y el sustento necesario, sin embrago, ¿quién responde por haber dejado llegar esta situación a estos extremos? ¿Quién es el doliente de esta situación y que responsabilidad tiene por no actuar de manera oportuna? Seguramente el actual Superintendente no lo es, pero si debe haber un responsable.
Y hago esta pregunta porque la crisis está en la mira de la Super desde hace más de un año y que incluyen a algunos pesos pesados en cuanto al número de afiliados y a la cuantía de la deuda con el sistema de salud como Coomeva, SOS, Capital Salud, Medimás, Savia Salud, Comfasucre y Comparta, por sólo mencionar algunas de las más representativas.
Nos enfrentamos pues a una nueva crisis que involucra a mas de 500 mil costeños y a unos recursos muy importantes, cuya ausencia golpea muy duro a las clínicas y hospitales de la región, ojalá podamos superarla y ojalá esta sea una de las ultimas que tengamos que enfrentar.