comscore
Columna

El perfume de Belén

“Dios está en ti sosteniendo tu fragilidad y haciéndote vivir. No es como las personas que te quieren desde fuera. Dios está en tu mismo ser”.

Compartir

Pasado mañana, martes 25 de diciembre, celebramos la Navidad. Es una celebración que el consumismo alocado desfiguró de tal manera que parece casi imposible ayudar a alguien a comprender el misterio que encierra una celebración tan hermosa. Acercarse a la comprensión de un misterio tan grande como es el “Adonaí Potente” de la novena, no es algo imposible, pero sí es un camino muy personal que cada uno tiene que hacer. Será una experiencia interior diferente con sus exigencias propias. ¿Qué tendríamos que hacer?

Lo primero es prepararnos. Las grandes experiencias de la vida son un regalo que sólo las descubren y viven aquellas personas dispuestas a recibirlas. Para vivir la experiencia de la Navidad hay que dar pasitos hacia adentro. ¿Queremos conocer el misterio de la Navidad?

San Mateo nos dice que Jesús, el niño que nace en Belén, es el único al que podemos llamar con toda verdad “Emmanuel”, que significa “Dios con nosotros”. Pero, ¿qué quiere decir esto? ¿Cómo puedes “saber” que Dios está contigo?

Debes tener el valor para quedarte a solas contigo mismo. Debes hacer la experiencia silenciosa de la cueva. La misma que hizo el profeta Elías para ser sincero ante Dios y ante sí mismo, reconociendo lo que sentía en su interior. Busca un lugar tranquilo y sosegado donde puedas escucharte a ti mismo. Acércate en silencio a lo más íntimo de tu ser. Será una sensación tremenda descubrir que estas solo en la vida, que las personas que te rodean y que te aman igualmente están lejos. Todas ellas te quieren mucho, pero están fuera de ti.

Sigues siendo señor de tu silencio. Tal vez sientas una impresión extraña: tú vives porque estás enraizado en una realidad inmensa y desconocida. ¿De dónde te llega la vida? ¿Qué hay en el fondo de tu ser? Si eres capaz de “aguantar” un poco más el silencio, probablemente empieces a sentir temor y, al mismo tiempo, paz. En ese momento estas, al igual que Elías, sintiendo la presencia de Dios.

Justo aquí debes abandonarte a Él con toda confianza. Puede parecerte inmenso y lejano. Pero si te abres a Él, lo sentirás cercano. Dios está en ti sosteniendo tu fragilidad y haciéndote vivir. No es como las personas que te quieren desde fuera. Dios está en tu mismo ser.

Ten muy presente en tu vida esta experiencia del corazón. Es la única que te puede ayudar a comprender el mensaje de fe que encierra la Navidad: Dios se ha hecho hombre. Ya nunca estaremos solos. En todos nosotros está Dios. Haciendo esta experiencia sentiremos el perfume que viene de Belén, podremos celebrar, disfrutar y felicitar.

Creo que sea la mejor manera de humanizar el consumismo alocado y de hacernos más sensibles a las necesidades de nuestros hermanos que sufren y viven tristes. Les deseo una feliz Navidad.

“Dios está en ti sosteniendo tu fragilidad y haciéndote vivir. No es como las personas que te quieren desde fuera. Dios está en tu mismo ser”.

*Vicario de Pastoral de la Arquidiócesis de Cartagena.

Únete a nuestro canal de WhatsApp
Reciba noticias de EU en Google News