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Columna

El Buen Ciudadano

“En Cartagena, en donde hay una línea delgada entre lo normal y lo absurdo, las acciones del Buen Ciudadano deberían trascender y permear desde todos los ámbitos de la educación”.

El Buen Ciudadano

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El Buen Ciudadano es un grupo de investigación multidisciplinario dirigido por la profesora Lucy Álvarez, de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas de la Universidad de Cartagena. Desde 2006, esta docente, con el apoyo de sus estudiantes, desarrolló diversas herramientas para construir bienestar social a partir del empoderamiento de conceptos de cultura y participación ciudadana, insistiendo en el papel de la colectividad y de la necesidad de una identidad cultural que facilite el desarrollo socioeconómico.

Lucy hace énfasis en los derechos, pero también en las responsabilidades de los ciudadanos. Más allá de propender por cumplir acciones básicas que definen el comportamiento de las personas en la ciudad, lo que en alguna oportunidad aprendimos con el Manual de Carreño, el Buen Ciudadano enfatiza en los deberes ciudadanos, por ejemplo, pagar los impuestos y los servicios públicos, como fundamentales para alcanzar una identidad cultural que nos permita avanzar como sociedad.

En Cartagena, en donde hay una línea delgada entre lo normal y lo absurdo, las acciones del Buen Ciudadano deberían trascender y permear desde todos los ámbitos de la educación, la Administración y la política. Muchas cosas cambiarían si todos, desde los niños hasta los concejales y el alcalde, tuviesen acceso a los Cuadernillos de Beto, una persona a la cual la sociedad reconoce como un buen ciudadano.

Mejorar las costumbres no es fácil, pero el esfuerzo y la dedicación de Lucy, formando estudiantes con capacidad para pensar más allá de la caja de conocimiento, es un aporte cuya resonancia transformadora da esperanzas, aunque algunas veces todo pareciera perdido. En muchas ocasiones he querido que Beto fuese un superhéroe y un día cualquiera llegara a la gerencia del Hospital Universitario a explicar la inconveniencia de un basurero de llantas, tablas, latas y ratas obesas, al frente de la institución. ¿Acaso ordenar una limpieza requiere mucho más que una llamada telefónica?

En el último libro del Buen Ciudadano, adecuada gestión civil y efectiva gestión gubernamental para construir una nueva cultura ciudadana, Lucy y su estudiante Albeiro, destacan que la acción participativa debe entrelazarse con las decisiones de los funcionarios para lograr transformaciones sociales. Por ejemplo, si el alcalde y los concejales promovieran la gestión de los residuos y en equipo con la comunidad salieran una vez por mes a limpiar y sembrar árboles en los caños, estas venas de bienestar no recibirían basuras y disminuiríamos las inundaciones.

La tarea es apoteósica, pero con buenos ciudadanos como Lucy, siempre es posible pensar en una ciudad diferente.

*Profesor

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