Y se sube el telón para abrir la 1ª Feria latinoamericana del libro y empiezan todas esas emociones agolpadas a desbordarse en lágrimas, el escenario de luces y colores en el Teatro Adolfo Mejía, estaba decorado por seres de carne y hueso que estaban paralizados y le decían a su “Seño”, batiendo sus manos sin parar, que era la primera vez que venían a este lugar, qué gran oportunidad, qué alegría, qué emoción.
Los vi, los tuve de la mano y aprecié intensamente. Dicen que los niños son el futuro de un país, yo digo que son este instante, son el transcurrir, el trascender, el transformar y estoy convencida que sí hay caminos posibles para lograr los cambios, que a pesar de las estrecheces económicas de muchas familias para matricular a sus hijos en algún colegio, estos niños son el vivo ejemplo de lo que todos queremos: progreso bajo la ética en un universo que rasga sus vestiduras en una sociedad de consumo materializada y desvirtuada.
Y se inició con los himnos de Colombia y de Cartagena, a cargo del grupo Orquesta Sinfónica de la Institución educativa José Manuel Rodríguez Torices (INEM).
Retumbaron sus instrumentos de forma magistral, nos llevaron con sus notas a gratas sensaciones. Jóvenes de edades entre los 13 y 17 años, menores de edad todos. Un segundo acto, “Mimos”, interpretado por estudiantes de básica primaria de Isabel la católica, con presentación impecable, sin palabras.
De repente al unísono el poema de Rubén Darío, A Margarita Debayle, por los alumnos de 5º, todos vestidos de blanco y en el centro Sofi, de 2º, en su silla de ruedas, vestida de amarillo… “Margarita está linda la mar, y el viento, lleva esencia sutil de azahar; yo siento en el alma una alondra cantar; tu acento: Margarita, te voy a contar un cuento:” y este era el cuento que yo les quería contar a través de este espacio y manifestarle a su “Seño” de arte, Lorena Castillo Arrieta, que su labor no tiene precio.
Todo lo que está haciendo merece ser multiplicado con otras Instituciones, merece ser ejemplarizado para que de semilla en semilla la planta dé buenos frutos. Arides Sandoval Peñata, el Rector del INEM, merece la ovación, es todo un señor, maravilloso, cargado de espiritualidad, sutil, elegante, palabras tomadas de algunos docentes. Y todo esto me parece genial, me llena de orgullo, como ciudadana les digo que siempre que se quiere se logra, no hay que desfallecer porque a pesar de tantas trabas, el cambio para la ciudad está en cada uno de nosotros.
Exijamos la urgente necesidad de salvar a Cartagena, seamos los impulsores de erradicar tanta podredumbre y atrevámonos a tomar mejores decisiones con los que nos gobiernan. La cultura transforma.