Antes de llegar el día de votar en la sofocada Consulta anticorrupción, conversé con un amigo, quería encontrar en su voz ese hilillo dorado que me contextualizara en asuntos de leyes. ¿Votarás por la Consulta?, fue mi pregunta de rigor, respetando su intención por aquello de que el voto es privado.
Primero, hay un dilema, me dijo: si voto, apoyo esa intención politiquera. Si no lo hago, soy cómplice de la corrupción, por acción o por omisión. Lo otro es que aprovechan de forma inteligente el resentimiento de la gente con la clase política, proponiendo bajarle el sueldo, lo cual tiene más de venganza que de utilidad práctica. ¿Por qué las promotoras de la consulta no dieron ejemplo renunciando a sus dietas y demás privilegios desde un principio? No han dejado de cobrar. Por último, las demás preguntas tienen su respuesta en la ley, pero no en la Justicia, que es la que demanda un remezón urgente. Pero, ¿sí viste cómo utilizan el resentimiento que, dicho sea de paso, todos tenemos contra la clase política, para aumentar ellos su aceptación?
Desde ayer ando en la misma bobera porque se me dio por analizar la situación. Duque desafió a la clase política, designando ministros a quien él quiso. Tiene en el Congreso a sus opositores naturales y ahora, la coalición que lo apoyó, liberales, U, conservadores y otros, le advierten que sólo apoyarán las iniciativas legislativas que ellos consideren convenientes. Así le dicen que sólo estarán con él si cede a sus presiones ¡Vamos mal!
Entre párrafo y párrafo, en medio de la conversación, evocaba a Tola y Maruja, con sus atuendos y las inseparables sombrillas que les dan un toque de protección bajo un cielo roto que en vez de agua arroja piedras. Así está nuestra Colombia desde hace mucho rato, gastando demasiado dinero para consultar lo que ya está tipificado en la ley, olvidando que la podredumbre está en la misma Justicia que acomoda y desacomoda las leyes según la conveniencia, CC: “Ley es una declaración de la voluntad soberana manifestada en la forma prevenida en la Constitución Nacional. El carácter general de la ley es mandar, prohibir, permitir o castigar”.
Y a todos los votantes basados en un razonamiento crítico, nos ha tocado a veces votar por un candidato para que no quede el otro, o hacerlo por el menos malo para cumplir con nuestro derecho constitucional de urna y permitir que no nos engatusen, y al final, votes o no votes, te llevas tus chancletazos porque has sido participe al aceptarlo en tu núcleo familiar, en este caso la sociedad colombiana, cuya casa es el país. Quiero entender la sumatoria del resultado de votos, ¿de dónde salió matemáticamente hablando?