A los Montes de María, donde llegaron a escasear los mochuelos y su único refugio fue la Hamaca Grande, regresa como presidente Iván Duque. Hoy, con asistencia de su gabinete en pleno, viene a construir país.
Los Montes de María reciben pronta y eficaz atención a sus problemas y necesidades de parte de un estadista que les ha dado prelación en su amplia agenda de soluciones.
Llega con los más altos propósitos de reducir las infamantes cifras de inequidad que nos pueblan. Viene a señalar sus programas y a escuchar inquietudes y padecimientos de una región del Caribe.
También hace incursión con firmeza en resolver el atolladero de la salud para garantizarla como condición primaria de equidad.
Se siente la voluntad presidencial de dar a la comunidad ese servicio fundamental. En recientes visitas a otras regiones de la patria ha arreglado situaciones y resuelto problemas mediante inversiones y controles, que mejoran este servicio fundamental para todos.
Pero también trae el presidente la voluntad de recuperar la legalidad y el imperio de la ley a partir de una justicia digna y soberana.
La transparencia para combatir la corrupción que carcome la sociedad en muchas zonas y sectores, es punto fundamental en su agenda de servir y a ella recurrimos. El narcotráfico, que asola juventudes y genera inseguridad delirante, recibirá especial atención.
Conoceremos detalles sobre políticas de producción y trabajo, de estímulos y compromisos, de implantar cultura, innovación y tecnología.
Hay la voluntad para superar la intolerancia y la estigmatización. En sus primeras decisiones sentimos la majestuosa ecuanimidad democrática de Alberto Lleras, y la gallardía patriótica de Guillermo León Valencia; la inteligencia renovadora de Alfonso López Michelsen, la sensibilidad social de Belisario, la modernidad de Luis Carlos Galán y la seguridad y el trabajo que ha sido Álvaro Uribe. Una constelación de patriotas que acometieron sueños y causas que Iván Duque hará realidad.
San Jacinto fecunda en música y artesanías, recibe a un estadista que quiere rescatar los Montes de María de la pobreza y la inseguridad, e iniciar la posibilidad de cambiar la siembra de tabaco por cacao y un repoblamiento bovino técnico.
Cartagena, como la mujer amada, inolvidable y siempre presente, llena de historia y sacrificios, necesita de su mano poderosa y limpia.
La ciudad más bella, dintel de la patria y señora del mar, con sus necesidades, también es el Caribe. No se le puede seguir relegando en las inversiones del Estado, alegando pretextos electorales con regiones vecinas. Sabemos que se rectificará esa injusticia.
En esta ciudad, donde han crecido necesidades y miseria, tenemos la seguridad que su gestión será reivindicatoria.
Sus raíces en la sangre hidalga de Cartagena le agradecen y lo celebran de antemano.
“Conoceremos detalles sobre políticas de producción y trabajo, de estímulos y compromisos, de implantar cultura, innovación y tecnología”.